domingo, 15 de febrero de 2015

La revictimización

Publicado en el Diario de Centro América, el 13 de febrero de 2015



"Mire usté, hoy es sábado, no se atiende, venga el lunes". ¿Desde cuándo la justicia tiene días hábiles para atender a las víctimas?


Hace un año el joven creó su “changarro”, como él lo llamaba. Una tiendita de artículos de consumo diario. Como diligente hormiga, 2 o 3 veces por semana, compraba los artículos que le hacían falta, producto de las ventas diarias. Esta acción la realizaba siempre por la noche, después de despedir al último cliente. No podía quejarse; en pocos meses aquel lugar que un día dudó que llegara a ser punto de negocio, se había convertido poco a poco, en una tienda solicitada por vecinos y transeúntes.
Poco le importaba al muchacho invertir alrededor de 18 horas diarias para ver florecer el fruto de su esfuerzo tenaz, decidido y esperanzador. Hasta que poco antes de Año Nuevo, su alegría se vio truncada por un asalto cometido por tres individuos. Lo encerraron en el baño, mientras estos saqueaban alguna mercadería, equipo de sonido y bastante dinero en efectivo, producto de la venta realizada durante la semana.
Una semana después otros sujetos (quizá de la misma banda de malhechores) se presentaron al negocio y entre palabras de grueso calibre le entregaron un teléfono móvil con la orden que contestara la llamada. Al otro lado de la línea se escuchó la voz áspera y mandona de otro sujeto. “Tenés que entregarle a los carnales Q500 de entrada y semanalmente Q300”, le ordenó. “Si no lo hacés, ya sabés lo que te pasará”, le dijo, en tono amenazante.
El joven emprendedor sopesó este hecho, y después de una deliberación familiar, decidió cerrar el negocio. Las llamadas de los extorsionistas siguieron por varios días, con insultos incluidos.
El agredido decidió poner la denuncia ante las autoridades. Esto fue otro calvario que tuvo que vivir. En la municipalidad respectiva le indicaron que no podían mostrarle las cámaras de vigilancia sin orden respectiva. Buscó una sede del Ministerio Público y allí le dijeron que primero tenía que poner la denuncia en la estación de Policía más cercana. Allí le tomaron los datos, no sin antes advertirle que debía poner la denuncia en el MP. Sin pretenderlo, se vio envuelto en un embrollo que no tiene sentido.
Quedó así el asunto. Sin negocio, sin justicia, sin futuro seguro. Después de varias semanas llega una citación del Ministerio Público donde le exige que se apersone a presentar la denuncia ante apercibimiento que de no hacerlo, será conducido por la autoridad competente, ¿qué tal? Tras de corneado, apaleado.
Con paciencia franciscana, el muchacho se presentó en la sede del MP que señalaba la citación. Era día sábado, cuando llegó lo recibió una persona, se supone que era el guardián, quien al escuchar el objetivo de su visita le explicó: “Mire usté, hoy es sábado, no se atiende, venga el lunes”. ¿Desde cuándo la justicia tiene días hábiles para atender a las víctimas? Es esto o no, una revictimización. Júzguelo usted.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Poema: LAS RANAS Y LOS GRILLOS

El periodista Carlos Enrique Morales Monzón produjo esta versión de mi poema Las ranas y los grillos. Se los dejo