viernes, 15 de mayo de 2015

El mundo al desnudo

Hoy vivimos en una extensa vitrina donde los ojos del mundo están sobre nosotros y a su vez lo vemos en ráfagas de imágenes y mensajes instantáneos.


Los recientes acontecimientos en nuestro país han confirmado una vez más, la capacidad que tienen las redes sociales de interconectar a los ciudadanos y aglutinarlos alrededor de temas específicos. Las concentraciones que se han dado en la ciudad capital son una muestra de que la realidad virtual sirve al propósito del interés humano y crea ciudadanía. Ya no somos simplemente hombres y mujeres de Guatemala. Somos ciudadanos guatemaltecos compartiendo inquietudes, intereses y voluntades aun sin conocernos “en carne y hueso”.

Esta realidad virtual está replanteando los esquemas tradicionales de interacción ciudadana. Recordemos que hace apenas veinte años los procesos políticos y sociales pasaban por un lento desarrollo de interconexión, lo cual provocaba a veces lamentables retrasos en las decisiones. Recuerdo aquella anécdota que contaban nuestros padres en las postrimerías del gobierno de Jorge Ubico, relacionada con un contingente de campesinos que llegó a la Capital a manifestar su apoyo a “tatita presidente”, una semana después que el general había entregado el poder.

Los vasos comunicantes son vitales para dinamizar una sociedad. Sin embargo, por un momento piense usted cómo se comunicaban los ciudadanos en aquellos tiempos donde no había teléfono ni mucho menos la complicada red de información que existe hoy día. Las cartas llegaban con meses de retraso. Los telegramas eran más rápidos, tardaban uno o dos días. Hoy vivimos en una extensa vitrina donde los ojos del mundo están sobre nosotros y a su vez lo vemos en ráfagas de imágenes y mensajes instantáneos.

Los procesos políticos y sociales se están replanteando a la luz de la comunicación vertiginosa. Imagínese usted, en pocas horas la ciudadanía puede intercambiar mensajes y concentrarse en un punto específico del planeta con solo activar un dispositivo móvil. La era de la mensajería instantánea esta desnudando el mundo.

Por supuesto que nada es perfecto. En la nueva era de las movilizaciones sociales vía mensajitos de texto, los movimientos carecen de un contenido político específico y por lo tanto no se detectan liderazgos que puedan darle una dirección correcta a las inquietudes ciudadanas. Son hasta cierto punto, movimientos amorfos que necesitan de luces orientadoras. Estos movimientos son generalmente pasajeros y no perviven en el tiempo; pasada la efervescencia y conseguido un objetivo concreto, languidecen y finalmente desaparecen.


Si quisiéramos bautizar con un nombre a estos movimientos sociales surgidos por intermedio de las redes sociales podríamos usar el de “grupos espontáneos” o "cuasigrupos", cuyo origen es el resultado de convivir en el ciberespacio y acudir a llamados amorfos de ciudadanos que momentáneamente activan su poder de convocatoria bajo el efecto contaminante de la comunicación incorpórea. Que nadie se conozca no es obstáculo para congregarse en un lugar específico, un día específico, a una hora específica. 

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