viernes, 21 de febrero de 2014

Trabajadores de la información

En río revuelto, ganancia de pescadores.


Los medios de comunicación, como cualquier industria, cuentan con un equipo humano que los hace funcionar y obtener los niveles de rentabilidad que el sistema les permite.
Este equipo está conformado por trabajadores de diversa índole y formación, desde personal administrativo y de mantenimiento, hasta las personas que hacen posible que el ciudadano tenga la información del acontecer nacional e internacional.
En esta variada y extensa gama de trabajadores de los medios están los periodistas. Un periodista es quien tiene la vocación y formación necesaria para el ejercicio de recoger, valorar, procesar y difundir la información que sucede a toda hora y todos los días del año. La estructura de un medio contempla varios niveles de trabajo informativo, desde el directorio del medio, hasta los reporteros, o periodistas de calle como también se les conoce. 

Estos últimos, los periodistas de calle, son las personas que a diario tienen que enfrentar los diferentes problemas que genera su actividad que, como cualquier otro trabajo de alto riesgo, requiere de la protección legal, institucional y social en cualquier país del mundo. En Guatemala, ser periodista siempre ha sido una profesión del alto riesgo. Antes, la gente de prensa estaba sometida a la presión del conflicto armado interno.
Hoy han surgido otros actores que, a diferencia de los polos antagónicos de la guerra, no tienen un objetivo específico para asestar golpes, sino constituyen una espiral de violencia generalizada que dificulta la labor periodística.
Instituciones nacionales y extranjeras que están involucradas en la actividad de velar por la libre emisión del pensamiento, que más bien debiera leerse como libertad de ejercicio de la profesión de informar, dan cuenta de actos intimidatorios en contra de periodistas. Exactamente no se conoce la causa ni actor específico que ha provocado la muerte de periodistas, cuyos casos aún se encuentran en fase de investigación por parte de las autoridades correspondientes. 
Sin embargo, se intuye que son sectores intolerantes que reprimen con violencia la inconformidad que les causa un enfoque noticioso. Es verdad que las empresas informativas no pierden con estos sucesos, sino más bien resultan fortalecidas porque se victimizan en su calidad de paladines de la democracia y de la libertad de información. 
Esta victimización les sirve para catalizar el apoyo de instituciones y organismos nacionales e internacionales que se dedican a la protección del periodista, aun cuando lo menos visible sean las víctimas en lo particular y sus apesarados familiares. En río revuelto, ganancia de pescadores.

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