Mi columna del 16 de diciembre
Regresar a la tierra de
nuestros mayores es siempre un motivo para renovar nuestros votos de
orientales.
El pasado 10 y 11 de diciembre estuvimos los miembros del
colectivo literario Zanates y Clarineros en la ciudad de Chiquimula.
Presentaríamos el segundo número de nuestra revista literaria y el domingo los
comunicadores y otras organizaciones sociales nos harían, junto a
personalidades de la comunicación y la literatura, un reconocimiento especial.
Regresar a la tierra de nuestros mayores es siempre un motivo
para renovar nuestros votos de orientales. Después de una larga entrevista que
se nos hiciera en un sistema de cable local, emprendimos el viaje a la primera
parada obligatoria: la refresquería de Quincho. Allí bebimos un sabroso fresco
de pepita y saboreamos un trozo de torta rellena de manjar. Cabe destacar que
dicha refresquería ha existido por décadas y ha sido heredada de padres a
hijos.
Por la noche caminamos por nuestro viejo parque Ismael Cerna,
donde de jóvenes tejimos nuestras primeras ilusiones. El poco cuidado que hoy
tiene no fue pretexto para no hacer el consabido rondín. Recorrimos algunas
calles, en busca de aquellos recuerdos que nos transportaran a nuestros años juveniles.
El domingo por la mañana, nuestro compañero de grupo Neftalí
Aldana nos invitó a comer en su casa, ofreciéndonos un desayuno chiquimulteco
de primera línea. Más tarde tuvimos la
experiencia más hermosa que nos llenó de orgullo oriental. Asistimos a un reconocimiento
especial que un grupo de vecinos liderados por el columnista de Nuestro Diario
y paisano nuestro, ingeniero Saúl Guerra le ofreciera al exalcalde de San Juan
Ermita. Cabe indicar que dicho exfuncionario edil tiene el mérito de haber
dirigido la comuna allá por los años ochenta cuando no existía ningún aporte
estatal a la gestión municipal. Don Juan Antonio Martínez, hoy de 84 años, en
vez de servirse del cargo sirvió a su comunidad, al extremo de vender sus
propiedades para financiar los gastos del arreglo de las calles. Hoy vive en
una situación de pobreza que ha motivado a algunos vecinos, como la familia
Guerra y otros altruistas, a sufragar algunos gastos en la manutención del
respetable anciano.
La celebración de tan significativo evento se llevó a cabo en
la cumbre de la comunidad Los Planes, San Juan Ermita. Un suculento almuerzo y
por supuesto, el festín de anécdotas, chistes, elogios, ocurrencias variadas
que ponen de manifiesto el humor siempre a flor de labio de los orientales. Fue
hermoso ser contagiado por aquella bocanada de oralidad, abrazos sinceros y
profundos, y ese acento único, altisonante a veces, del lenguaje oriental.
Por la tarde, el quiosco del parque Ismael Cerna fue el
escenario del reconocimiento a chiquimultecos que han destacado en el arte, la
comunicación y la literatura. Viejos amigos a quienes no saludaba desde hace
décadas. De regreso, la nostalgia se apoderó de nuestra mente e hicimos la
promesa de volver pronto al terruño. Entramos a las fauces de la ciudad Capital
al filo de la media noche.
Hermosa experiencia doctor.
ResponderEliminarHermosa experiencia doctor.
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