Les comparto un poema de mi poemario "Para hilvanar el tiempo"
Imagen tomada de Google.com
mi cuerpo es una casa
donde pernoctan diletantes
el amor y el odio
/festín de dioses/
se nutren se sacian se amalgaman
reposan se sumergen incursionan
y después se alejan/calladamente
como llegaron
y mi cuerpo/mi casa/
vuelve a ser
una bóveda sin cruces
ni guirnaldas
viernes, 21 de mayo de 2010
viernes, 7 de mayo de 2010
CAPÍTULO II: Libro en preparación
1. Psicología del trabajo
La señora Martínez es nueva en la empresa. Ocupa un cargo similar al de su antiguo puesto de trabajo. No obstante sus largos años de experiencia profesional ella muestra un cierto nerviosismo cuando tiene que enfrentarse a su nuevo jefe. Por la demanda de sus funciones apenas ha tenido tiempo de establecer relaciones con sus compañeros. Cumple a cabalidad con el horario establecido y desempeña su papel con un impecable sentido de responsabilidad.
En su nuevo puesto, la señora Martínez ascendió salarialmente en un 25 por ciento respecto a su antiguo cargo en otra empresa. Tiene además, prestaciones laborales que hacen atractiva su plaza. Podría decirse que, en este sentido, ella ha logrado un viejo sueño: ser reconocida como una profesional capaz, dinámica y experimentada. Pero la verdad, lo que más le atrae es el reto de iniciar una nueva red de relaciones laborales, resolver casos empresariales y, en cierto sentido, convertirse en una pieza fundamental dentro de la empresa.
El caso de la señora Martínez es típico en muchas personas, quienes no sólo van en busca de mejores salarios sino de mejores niveles de reconocimiento profesional. Y es que en la trama de las relaciones laborales se ve involucrada la perspectiva psicológica del ser humano. El trabajo llena parte de la existencia humana y se llega a la satisfacción mediante un dominio de destrezas y herramientas en cualquiera de las ramas de la producción.
Claro está que, a diferencia de los animales y de las plantas, el ser humano, la mayoría de veces, persigue un estipendio económico por las actividades que realiza. Aunque a decir verdad, existen personas que no se complacen mediante las actividades laborales que realizan. Un amigo decía que “el trabajo es tan feo que hasta pagan por hacerlo”. Lo cierto es que una persona que conozca su campo de trabajo y que haya llegado a este mediante una motivación personal, realizará las más difíciles y complicadas tareas con un grado extremo de satisfacción. Y claro, si lo que hace le gusta y además le pagan por hacerlo, se sentirá doblemente recompensada.
En la psicología laboral interviene una complicada gama de motivaciones, como veremos más adelante. No son sólo, obvio está, motivaciones económicas. El trabajo atraviesa justamente los principios del placer y del deber, dos grandes resortes que mueven la personalidad humana y que han permitido que la Humanidad haya escalado indiscutibles niveles de desarrollo. Los más eminentes científicos y filósofos, por ejemplo, no miden el nivel de su producción a través del dinero que ganan, sino a través de lo que les produce placer por el conocimiento; y en muchos casos, por el deber hacia la sociedad.
El trabajo constituye, para el género humano, un estímulo de vida y de progreso, no es sólo un medio de subsistencia, como sucede en los animales de la escala inferior. El trabajo está íntimamente ligado al concepto de autoestima que cada individuo tiene. Cuánto varía la autoestima de una persona desempleada, a una con un trabajo de medio término a una de pleno empleo, es una de las tareas que la psicología del trabajo debe averiguar.
En este punto habremos advertido ya que la psicología del trabajo tiene como materia de estudio fundamental los cambios de conducta individual entre hombres y mujeres que trabajan respecto a la masa desempleada. Dado que la psicología es definida, en su sentido más laxo, como la ciencia que estudia la conducta humana, son materia de su análisis las conductas y comportamientos de los seres humanos en su rol de trabajadores, sistematizando, describiendo, explicando y prediciendo estados emocionales y congitivos de la gran masa laboral.
Sin embargo, son muchas corrientes y enfoques de la psicología del trabajo que abordan esta área del quehacer humano. Pongamos por caso, el enfoque motivacional del trabajo, los aportes de la llamada psicología industrial, la cual ha sentado sus reales como una disciplina que aconseja cómo elevar los niveles de productividad de los trabajadores. Esta corriente psicológica del trabajo rescata los viejos conceptos vertidos por Taylor en relación a la productividad humana, centrada sobre todo en los grandes centros de producción industrial como son las fábricas.
Los nuevos enfoques de la psicología del trabajo, centran su atención en el ser humano en cuanto al reconocimiento de factores tales como:
• Reconocer la importancia del saber y la inteligencia que el trabajador aplica y moviliza en su puesto de trabajo.
• Reconocer la importancia de las relaciones que el individuo establece con otras personas en el lugar de trabajo.
• Reconocer y valorar las interacciones entre personas y los múltiples equipos que facilitan el quehacer laboral.
• Reconocer la importancia de la capacitación y todo tipo de acciones educativas dirigidas a los trabajadores para convertirlos en cuadros calificados.
• Reconocimiento de la necesidad de estimular las capacidades y desempeño laboral, más allá de incentivos económicos.
Estos nuevos enfoques de la psicología del trabajo devienen de un minucioso trabajo de observación en las conductas y comportamientos que asumen los trabajadores en sus lugares de trabajo y apuntan, por supuesto, a elevar la productividad del ser humano en cualquier campo en que éste se desempeñe.
Así las cosas, la psicología del trabajo se desempeña hoy día, en los siguientes grandes campos de acción:
• Selección y colocación de personal. En este sentido, se han afinado las técnicas e instrumentos más sofisticados para seleccionar y colocar personal para las más diversas empresas, perfilando aquellas personas para los puestos, de acuerdo a sus habilidades y conocimientos.
• Capacitación y desarrollo de personal. La psicología de trabajo ha diseñado programas de capacitación para el trabajo, detectando las necesidades y debilidades de los empleados y proponiendo programas de formación continua de su personal. Esta actividad la desarrollan con la participación de instituciones que se dedican a fortalecer las habilidades y capacidades de los trabajadores en cualquier campo del quehacer humano, desde la formación de destrezas manuales hasta la formación de destrezas intelectuales.
• Evaluación del desempeño. En este campo la psicología del trabajo ha elaborado sofisticados sistemas para evaluar el desempeño de los trabajadores que van, desde test de desempeño, hasta programas para detectar debilidades y fortalezas y proponer áreas de oportunidad para que un empleado pueda ser más rentable a la empresa donde se desempeña. En este campo se toma muy en cuenta el desempeño del trabajador de manera individual y su capacidad para trabajar en equipo.
• Desarrollo de la organización. La psicología del trabajo ha aportado indudables elementos para analizar las organizaciones productivas en su totalidad, sobre todo en sus aspectos de niveles de satisfacción y eficacia de las personas que las integran. De esta manera se ha constituido en fundamental aliada de la administración y gerencia empresarial, aportando, desde su perspectiva científica, los elementos que contribuyen a que una organización eleve su productividad por la vía de la motivación del personal.
• Calidad de vida laboral. En este campo, la psicología del trabajo ha contribuido a crear conciencia en las empresas sobre la necesidad que los trabajadores posean un clima saludable en sus relaciones sociales y condiciones técnicas y físicas de la producción. Bajo la premisa que un ambiente laboral de alta calidad redundará en altos niveles de productividad por parte del trabajador, la psicología del trabajo ofrece programas de capacitación a gerentes, directores y demás personal de alto rango que tiene capacidad ejecutiva para implementar mejores niveles de vida laboral en sus respectivas organizaciones.
• Ergonomía. Gracias a la psicología del trabajo, cada día se ofrece a los trabajadores más y mejores herramientas de producción que se adaptan a sus necesidades fisiológicas e intelectuales. En este sentido, esta ciencia ha apoyado a otras disciplinas científicas tales como la ingeniería industrial, la medicina industrial, la electrónica, la cibernética, etc., en la creación de máquinas, equipos, instrumentos y herramientas compatibles con las capacidades humanas para operarlos eficientemente.
La perspectiva psicológica del trabajo nos da una idea de lo que sucede en el interior de cada trabajador, de cada persona en función de un rol laboral; y aunque sus conclusiones no están talladas en piedra ni son de ninguna manera universales e infalibles, constituyen en buen referente para entender el porqué una persona actúa en una u otra dirección y qué acciones se deben tomar para corregir el rumbo de sus conductas o comportamiento. En este capítulo haremos una revisión de algunos conceptos básicos que deben tomarse en cuenta para enfocar la perspectiva psicológica del trabajo.
2. Las necesidades humanas (Pirámide de Maslow)
El trabajo, como ya apuntábamos, constituye una de las grandes necesidades que el ser humano debe resolver, con el propósito de establecer un equilibrio emocional y cognoscitivo. La carencia de un empleo le da a la mayoría de personas un sentimiento de frustración y falta de realización personal, a tal grado que en algunas ocasiones puede llegar a constituir una delicada patología.
A decir de Abraham Maslow, el ser humano está sujeto a la satisfacción de una serie de necesidades que si no la consigue le pueden provocar desajustes en su personalidad. Este científico caracterizó una jerarquía de necesidades, dividiéndolas en grupos.
Al primer grupo de necesidades les llamó Necesidades Fisiológicas, tal es el caso de la necesidad de comer, beber, dormir, copular, respirar, etc. Estas necesidades impelen al ser humano a buscar comida, bebida, lugares de descanso, sexo, etc.
El segundo grupo de necesidades son de Seguridad. Estas necesidades provocan que el ser humano busque los mecanismos de protección para él y su familia. El empleo es un mecanismo para satisfacer económicamente estas necesidades. Sin embargo, aquí cabe aclarar que no sólo se trata de seguridad física sino también de otro tipo como la seguridad social e individual, moral, familiar, en fin, de cualquier índole. Una vez satisfechas sus necesidades fisiológicas, el ser humano busca satisfacer sus necesidades de seguridad.
Un tercer grupo de necesidades lo constituyen las Necesidades de Afiliación. En este sentido, el ser humano busca relacionarse con otros seres humanos. La amistad, el afecto, las relaciones grupales de diversa índole, son una manifestación de las necesidades de afiliación. Son muy pocos los casos que se conocen de personas que puedan vivir en forma aislada. La mayoría necesita relacionarse con otras para poder satisfacer su exigencia de vivir en sociedad. Por ello es una regla aceptada que el ser humano es un ser gregario por naturaleza.
En una de las esferas más altas de su pirámide, Maslow ubica la Necesidad de Reconocimiento. Mediante esta necesidad, el ser humano se ve compelido a buscar el respeto, la aprobación social de sus actos, el prestigio, la confianza y el éxito. Obviamente, el trabajo es un medio para satisfacer la necesidad de reconocimiento de cualquier persona, aunque por supuesto, no es el único.
En la esfera superior de la pirámide, este autor ubica la Necesidad de Autorrealización. Mediante la manifestación de esta necesidad, el ser humano busca satisfacer sus más profundos deseos de realizarse como persona. Para ello busca el arte, la educación sistemática, la actualización profesional, etc. En esta esfera superior, el ser humano dedica parte de su vida diaria a satisfacer el principio del placer, realizando todas aquellas actividades que llenen este principio.
Pero también, en la búsqueda de satisfacer toda esta pirámide de necesidades, desde las más primarias hasta las de alto jerarquía, el ser humano pasa por una serie de estados anímicos que de alguna manera influyen en su comportamiento diario y en su vida laboral o en sus roles sociales y familiares. Todo tiene secuelas, aunque en algunos casos, estas no sean percibidas directamente.
Esquema 2: Pirámide de Necesidades de Maslow
Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Imagen:Piramide_de_Maslow.svg
El valor de la propuesta de Maslow es que la no satisfacción de estas necesidades genera un sentimiento de frustración acumulada que, tarde o temprano, influirá en las relaciones familiares, sociales y laborales. Pero también, no puede llegarse, con plenitud, a la satisfacción de necesidades de alto nivel, tal es el caso de las necesidades reconocimiento y autorrealización si antes no se han satisfecho las necesidades primarias. La satisfacción de las necesidades fisiológicas, de seguridad y afiliación son un punto clave para que el ser humano alcance su plena satisfacción como tal, mediante la resolución de sus necesidades de reconocimiento y autorrealización.
Continuará……
La señora Martínez es nueva en la empresa. Ocupa un cargo similar al de su antiguo puesto de trabajo. No obstante sus largos años de experiencia profesional ella muestra un cierto nerviosismo cuando tiene que enfrentarse a su nuevo jefe. Por la demanda de sus funciones apenas ha tenido tiempo de establecer relaciones con sus compañeros. Cumple a cabalidad con el horario establecido y desempeña su papel con un impecable sentido de responsabilidad.
En su nuevo puesto, la señora Martínez ascendió salarialmente en un 25 por ciento respecto a su antiguo cargo en otra empresa. Tiene además, prestaciones laborales que hacen atractiva su plaza. Podría decirse que, en este sentido, ella ha logrado un viejo sueño: ser reconocida como una profesional capaz, dinámica y experimentada. Pero la verdad, lo que más le atrae es el reto de iniciar una nueva red de relaciones laborales, resolver casos empresariales y, en cierto sentido, convertirse en una pieza fundamental dentro de la empresa.
El caso de la señora Martínez es típico en muchas personas, quienes no sólo van en busca de mejores salarios sino de mejores niveles de reconocimiento profesional. Y es que en la trama de las relaciones laborales se ve involucrada la perspectiva psicológica del ser humano. El trabajo llena parte de la existencia humana y se llega a la satisfacción mediante un dominio de destrezas y herramientas en cualquiera de las ramas de la producción.
Claro está que, a diferencia de los animales y de las plantas, el ser humano, la mayoría de veces, persigue un estipendio económico por las actividades que realiza. Aunque a decir verdad, existen personas que no se complacen mediante las actividades laborales que realizan. Un amigo decía que “el trabajo es tan feo que hasta pagan por hacerlo”. Lo cierto es que una persona que conozca su campo de trabajo y que haya llegado a este mediante una motivación personal, realizará las más difíciles y complicadas tareas con un grado extremo de satisfacción. Y claro, si lo que hace le gusta y además le pagan por hacerlo, se sentirá doblemente recompensada.
En la psicología laboral interviene una complicada gama de motivaciones, como veremos más adelante. No son sólo, obvio está, motivaciones económicas. El trabajo atraviesa justamente los principios del placer y del deber, dos grandes resortes que mueven la personalidad humana y que han permitido que la Humanidad haya escalado indiscutibles niveles de desarrollo. Los más eminentes científicos y filósofos, por ejemplo, no miden el nivel de su producción a través del dinero que ganan, sino a través de lo que les produce placer por el conocimiento; y en muchos casos, por el deber hacia la sociedad.
El trabajo constituye, para el género humano, un estímulo de vida y de progreso, no es sólo un medio de subsistencia, como sucede en los animales de la escala inferior. El trabajo está íntimamente ligado al concepto de autoestima que cada individuo tiene. Cuánto varía la autoestima de una persona desempleada, a una con un trabajo de medio término a una de pleno empleo, es una de las tareas que la psicología del trabajo debe averiguar.
En este punto habremos advertido ya que la psicología del trabajo tiene como materia de estudio fundamental los cambios de conducta individual entre hombres y mujeres que trabajan respecto a la masa desempleada. Dado que la psicología es definida, en su sentido más laxo, como la ciencia que estudia la conducta humana, son materia de su análisis las conductas y comportamientos de los seres humanos en su rol de trabajadores, sistematizando, describiendo, explicando y prediciendo estados emocionales y congitivos de la gran masa laboral.
Sin embargo, son muchas corrientes y enfoques de la psicología del trabajo que abordan esta área del quehacer humano. Pongamos por caso, el enfoque motivacional del trabajo, los aportes de la llamada psicología industrial, la cual ha sentado sus reales como una disciplina que aconseja cómo elevar los niveles de productividad de los trabajadores. Esta corriente psicológica del trabajo rescata los viejos conceptos vertidos por Taylor en relación a la productividad humana, centrada sobre todo en los grandes centros de producción industrial como son las fábricas.
Los nuevos enfoques de la psicología del trabajo, centran su atención en el ser humano en cuanto al reconocimiento de factores tales como:
• Reconocer la importancia del saber y la inteligencia que el trabajador aplica y moviliza en su puesto de trabajo.
• Reconocer la importancia de las relaciones que el individuo establece con otras personas en el lugar de trabajo.
• Reconocer y valorar las interacciones entre personas y los múltiples equipos que facilitan el quehacer laboral.
• Reconocer la importancia de la capacitación y todo tipo de acciones educativas dirigidas a los trabajadores para convertirlos en cuadros calificados.
• Reconocimiento de la necesidad de estimular las capacidades y desempeño laboral, más allá de incentivos económicos.
Estos nuevos enfoques de la psicología del trabajo devienen de un minucioso trabajo de observación en las conductas y comportamientos que asumen los trabajadores en sus lugares de trabajo y apuntan, por supuesto, a elevar la productividad del ser humano en cualquier campo en que éste se desempeñe.
Así las cosas, la psicología del trabajo se desempeña hoy día, en los siguientes grandes campos de acción:
• Selección y colocación de personal. En este sentido, se han afinado las técnicas e instrumentos más sofisticados para seleccionar y colocar personal para las más diversas empresas, perfilando aquellas personas para los puestos, de acuerdo a sus habilidades y conocimientos.
• Capacitación y desarrollo de personal. La psicología de trabajo ha diseñado programas de capacitación para el trabajo, detectando las necesidades y debilidades de los empleados y proponiendo programas de formación continua de su personal. Esta actividad la desarrollan con la participación de instituciones que se dedican a fortalecer las habilidades y capacidades de los trabajadores en cualquier campo del quehacer humano, desde la formación de destrezas manuales hasta la formación de destrezas intelectuales.
• Evaluación del desempeño. En este campo la psicología del trabajo ha elaborado sofisticados sistemas para evaluar el desempeño de los trabajadores que van, desde test de desempeño, hasta programas para detectar debilidades y fortalezas y proponer áreas de oportunidad para que un empleado pueda ser más rentable a la empresa donde se desempeña. En este campo se toma muy en cuenta el desempeño del trabajador de manera individual y su capacidad para trabajar en equipo.
• Desarrollo de la organización. La psicología del trabajo ha aportado indudables elementos para analizar las organizaciones productivas en su totalidad, sobre todo en sus aspectos de niveles de satisfacción y eficacia de las personas que las integran. De esta manera se ha constituido en fundamental aliada de la administración y gerencia empresarial, aportando, desde su perspectiva científica, los elementos que contribuyen a que una organización eleve su productividad por la vía de la motivación del personal.
• Calidad de vida laboral. En este campo, la psicología del trabajo ha contribuido a crear conciencia en las empresas sobre la necesidad que los trabajadores posean un clima saludable en sus relaciones sociales y condiciones técnicas y físicas de la producción. Bajo la premisa que un ambiente laboral de alta calidad redundará en altos niveles de productividad por parte del trabajador, la psicología del trabajo ofrece programas de capacitación a gerentes, directores y demás personal de alto rango que tiene capacidad ejecutiva para implementar mejores niveles de vida laboral en sus respectivas organizaciones.
• Ergonomía. Gracias a la psicología del trabajo, cada día se ofrece a los trabajadores más y mejores herramientas de producción que se adaptan a sus necesidades fisiológicas e intelectuales. En este sentido, esta ciencia ha apoyado a otras disciplinas científicas tales como la ingeniería industrial, la medicina industrial, la electrónica, la cibernética, etc., en la creación de máquinas, equipos, instrumentos y herramientas compatibles con las capacidades humanas para operarlos eficientemente.
La perspectiva psicológica del trabajo nos da una idea de lo que sucede en el interior de cada trabajador, de cada persona en función de un rol laboral; y aunque sus conclusiones no están talladas en piedra ni son de ninguna manera universales e infalibles, constituyen en buen referente para entender el porqué una persona actúa en una u otra dirección y qué acciones se deben tomar para corregir el rumbo de sus conductas o comportamiento. En este capítulo haremos una revisión de algunos conceptos básicos que deben tomarse en cuenta para enfocar la perspectiva psicológica del trabajo.
2. Las necesidades humanas (Pirámide de Maslow)
El trabajo, como ya apuntábamos, constituye una de las grandes necesidades que el ser humano debe resolver, con el propósito de establecer un equilibrio emocional y cognoscitivo. La carencia de un empleo le da a la mayoría de personas un sentimiento de frustración y falta de realización personal, a tal grado que en algunas ocasiones puede llegar a constituir una delicada patología.
A decir de Abraham Maslow, el ser humano está sujeto a la satisfacción de una serie de necesidades que si no la consigue le pueden provocar desajustes en su personalidad. Este científico caracterizó una jerarquía de necesidades, dividiéndolas en grupos.
Al primer grupo de necesidades les llamó Necesidades Fisiológicas, tal es el caso de la necesidad de comer, beber, dormir, copular, respirar, etc. Estas necesidades impelen al ser humano a buscar comida, bebida, lugares de descanso, sexo, etc.
El segundo grupo de necesidades son de Seguridad. Estas necesidades provocan que el ser humano busque los mecanismos de protección para él y su familia. El empleo es un mecanismo para satisfacer económicamente estas necesidades. Sin embargo, aquí cabe aclarar que no sólo se trata de seguridad física sino también de otro tipo como la seguridad social e individual, moral, familiar, en fin, de cualquier índole. Una vez satisfechas sus necesidades fisiológicas, el ser humano busca satisfacer sus necesidades de seguridad.
Un tercer grupo de necesidades lo constituyen las Necesidades de Afiliación. En este sentido, el ser humano busca relacionarse con otros seres humanos. La amistad, el afecto, las relaciones grupales de diversa índole, son una manifestación de las necesidades de afiliación. Son muy pocos los casos que se conocen de personas que puedan vivir en forma aislada. La mayoría necesita relacionarse con otras para poder satisfacer su exigencia de vivir en sociedad. Por ello es una regla aceptada que el ser humano es un ser gregario por naturaleza.
En una de las esferas más altas de su pirámide, Maslow ubica la Necesidad de Reconocimiento. Mediante esta necesidad, el ser humano se ve compelido a buscar el respeto, la aprobación social de sus actos, el prestigio, la confianza y el éxito. Obviamente, el trabajo es un medio para satisfacer la necesidad de reconocimiento de cualquier persona, aunque por supuesto, no es el único.
En la esfera superior de la pirámide, este autor ubica la Necesidad de Autorrealización. Mediante la manifestación de esta necesidad, el ser humano busca satisfacer sus más profundos deseos de realizarse como persona. Para ello busca el arte, la educación sistemática, la actualización profesional, etc. En esta esfera superior, el ser humano dedica parte de su vida diaria a satisfacer el principio del placer, realizando todas aquellas actividades que llenen este principio.
Pero también, en la búsqueda de satisfacer toda esta pirámide de necesidades, desde las más primarias hasta las de alto jerarquía, el ser humano pasa por una serie de estados anímicos que de alguna manera influyen en su comportamiento diario y en su vida laboral o en sus roles sociales y familiares. Todo tiene secuelas, aunque en algunos casos, estas no sean percibidas directamente.
Esquema 2: Pirámide de Necesidades de Maslow
Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Imagen:Piramide_de_Maslow.svg
El valor de la propuesta de Maslow es que la no satisfacción de estas necesidades genera un sentimiento de frustración acumulada que, tarde o temprano, influirá en las relaciones familiares, sociales y laborales. Pero también, no puede llegarse, con plenitud, a la satisfacción de necesidades de alto nivel, tal es el caso de las necesidades reconocimiento y autorrealización si antes no se han satisfecho las necesidades primarias. La satisfacción de las necesidades fisiológicas, de seguridad y afiliación son un punto clave para que el ser humano alcance su plena satisfacción como tal, mediante la resolución de sus necesidades de reconocimiento y autorrealización.
Continuará……
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