Publicado en el Diario de Centro América el 10 de julio de 2015
Imagen de Google.
La moral social resulta maltrecha y los planes y programas
institucionales quedan desfigurados y algunas veces, inconclusos.
Decíamos en nuestra columna
anterior que las crisis no son alteraciones permanentes; si lo fuesen,
constituirían parte de un problema estructural. Sin embargo, las crisis como cambios
importantes en el normal funcionamiento de una institución dejan su huella
significativa en ésta. Una crisis mal atendida puede traer consecuencias
graves, pero una postcrisis incorrectamente gestionada puede provocar un
desgaste permanente y crear constantes estados de réplicas, que a la larga
causarán problemas serios en la moral y el comportamiento individual y
colectivo de las personas.
La frase “después de la
tempestad viene la calma” no es tan cierta en aquellas instituciones que han
sufrido periodos de crisis. Para comenzar el ánimo de las personas queda
alterado, la moral social resulta maltrecha y los planes y programas
institucionales quedan desfigurados y algunas veces, inconclusos.
En ocasiones he indicado que “la manera más favorable de resolver cualquier
tipo de crisis es la comunicación fluida, eficiente y eficaz. Fluida en el
sentido de no poner cortapisas a la información que necesita la opinión pública
y los actores involucrados en la crisis; eficiente porque no deben dejarse
lados oscuros y poco técnicos del problema en cuestión; y eficaz porque debe
llegar en el momento oportuno y con la intención oportuna”.
Ahora bien,
así como después de una guerra se cuentan los muertos, gestionar la postcrisis significa entonces, que se debe realizar un nuevo
diagnóstico de vulnerabilidad para obtener información fidedigna que nos
permita iniciar los pasos de la reconstrucción de imagen.
Asimismo, se debe acudir al
gabinete de crisis para evaluar todos los aspectos que estuvieron involucrados
en la solución del problema y poner atención a aquellos que no fueron
resueltos. Estos pueden constituir la base sólida para un buen manejo de la
postcrisis.
En la gestión de la postcrisis es
importante hacer un mix de comunicación que al menos integre los siguientes
aspectos: publicidad, relaciones públicas, promoción, intermediación social,
mercadeo directo y más recientemente uso de las redes sociales y de otras
plataformas de Internet.
Sin embargo, la mejor estrategia
de gestión es la actitud abierta, la práctica de información objetiva respecto
a la problemática y la posición positiva de recibir los reclamos, consejos y
sugerencias por parte de la ciudadanía para no repetir los errores del pasado.
Y en materia de relacionamiento, si
bien es cierto que todo acto de comunicación pública debe contar con una serie
de acciones, técnicamente ordenadas, es importante considerar que todo plan en
este campo debe contar con el respaldo político y financiero del responsable
principal de la institución. Este respaldo dará a los ejecutores del mismo un
buen aliento de salida, de ejecución y de cierre del proceso cuyos resultados
redundarán en un tratamiento adecuado de la postcrisis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario