Publicado en el Diario de Centro América el 3 de octubre de 2014
Imagen tomada de Google
Arzú ha conformado el
mundo político a su sabor y antojo. Quienes lo odian, le temen; quienes no
admiran, lo quieren.
Álvaro Arzú es sin duda, uno de los políticos más hábiles que
tiene Guatemala. Varias veces alcalde de la ciudad Capital, ex presidente de la
República, incursionó en el mundo diplomático como canciller. Fundador del
Partido de Avanzada Nacional y del Partido Unionista, dos bastiones desde los
cuales ha librado innumerables batallas.
Arzú ha conformado el mundo político a su sabor y antojo. Ha
enfrentado desde los grandes retos que significó firmar un documento que puso
fin al enfrentamiento armado, y donde ambos bandos le confirieron un
significativo margen de maniobra política y reconocimiento nacional e
internacional, hasta bautizar los pasos a desnivel con el nombre de sus figuras
públicas preferidas.
Quienes lo odian, le temen; quienes no admiran, lo quieren.
Es un político que raya en los linderos de lo mítico, mitad realidad, mitad
simbolismo. A él se le atribuyen muchas anécdotas y frases que se han quedado
en el inconsciente colectivo como aquella “al periodista se le pega o se le
paga”. Pragmático como es, Arzú tiene sin lugar a dudas, uno de los mejores
equipos de comunicación que complementan la estrategia de “estar siempre
visible, sin estar presente”. Todos sus funcionarios de alto nivel municipal
son portavoces de “las órdenes del alcalde Arzú” ya sea plantando árboles,
arreglando calles, pintando aceras, colocando luminarias hasta los proyectos de
gran infraestructura como los pasos a desnivel.
El Alcalde está en todo. Canta, ejecuta guitarra, habla de
historias urbanas, la hace de casamentero, se come el tamal con los vecinos
económicamente desfavorecidos en cada Navidad, supervisa obras municipales, se
pelea con la prensa escrita y sobresale en todas las encuestas. Alguien dijo
que cuando Arzú asiste a un velorio él quiere ser el muerto.
Pero hay algo por lo cual el alcalde Álvaro Arzú Irigoyen es
un verdadero as; la manera como arregla sus jugadas políticas. Cito dos casos
recientes: En las pasadas elecciones Roberto González Díaz Durán casi le
arrebata la alcaldía por un margen muy estrecho de votos. El Alcalde quizá se
preocupó y en una jugada genial logra una coalición entre el PU y CREO para
lanzar a “Canela” a competir por la presidencia, en tanto Arzú participaría una
vez más por la alcaldía de la Ciudad. Él sabe que el joven candidato en las
elecciones del 2015 no alcanzará su sueño presidencial, pero en cambio, el
viejo lobo de mar, se asegurará cuatro años más en el Palacio de la Loba.
Recientemente el Partido Patriota celebró una presentación
pública en el parque central, frente al Palacio Nacional. Los asistentes al
acto dejaron una enorme cantidad de basura, la cual deslucía los espacios
públicos aun el lunes a medio día. Como cosa rara, los trenes de limpieza
municipal no hicieron a cabalidad su trabajo el domingo por la noche, como
acostumbran hacerlo. Ese lunes, muchas personas criticaban al PP por la cantidad
de basura que habían dejado. ¿Qué lectura podemos hacer de esto?
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