viernes, 6 de junio de 2014

La verdad en voz ajena

Publicado en Diario de Centro América el 6 de junio de 2014


Saber escuchar es el más sabio de los consejos. No hemos aprendido a asimilar los comentarios, la crítica constructiva.


La verdad en voz ajena sabe a rayo, sobre todo si es sobre nuestros defectos o errores. Generalmente, nos gusta ser espejo donde los demás vean sus propios defectos, pero detestamos que nuestros semejantes señalen nuestros errores y menos aún, nuestras debilidades. Piel sensible, cuerda floja en cuyo abismo se hacen añicos nuestras virtudes.

Cuántas veces usted ha recibido una virulenta respuesta de alguien a quien, quizá con buena intención, le ha señalado sus errores. Ante un error enunciado por los demás, nuestro ego se alza con voz de gigante y desautoriza cualquier argumento que le hiera.

En una doble moral que nos ha sido impuesta por un sistema de valores donde la virtud no es de quien dice la verdad, sino de quien la hace parecer, hemos ido cultivando el don de la iniquidad y una rara capacidad para ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio.

Pero cuando sucede que nuestros errores son tan obvios que los demás nos señalan el más mínimo detalle, somos incapaces de asimilar la sustancia de los acontecimientos y desvalorizamos sus argumentos.  No hemos aprendido a asimilar los comentarios, la crítica constructiva, las recomendaciones ajenas, con la dosis de humildad que caracteriza a los sabios y a los bien intencionados. Tejemos alrededor de un comentario toda una suerte de maledicentes escenarios: quieren destruirme, me tienen envidia, les caigo mal, son mis enemigos, o simplemente se equivocan. Los demás siempre serán los malos, yo soy el bueno.

Quizá el peor error que puede cometerse es creer que somos dueños de la verdad absoluta y resistirnos a aceptar los matices que los demás nos muestran. Ver en una sola dirección nos obnubila, nos vuelve insensibles a las voces externas que quizás tienen la mejor intención de corregir el rumbo de nuestros actos. La soberbia es la peor consejera, sobre todo para quienes desempeñan cargos públicos o roles y liderazgos políticos. Saber escuchar es el más sabio de los consejos.

Con sus matices y sus contrapuntos, la verdad siempre se impone. Y en un océano de dudas y engaños, tener siempre atentos los oídos a escuchar lo que dicen los demás sobre nuestros actos, aunque sea el aguijón que en un momento nos cause demasiado dolor, al final de cuentas, nos hará sensibles a otras miradas, a otras perspectivas, a otros ángulos de nuestra propia convicción.

No siempre la crítica es el arma destructiva del enemigo. A veces puede ser la tabla de salvación que en un momento dado puede darnos la oportunidad de corregir el rumbo, desandar el camino, despejar nuestra mente de los vericuetos de la vanidad y el autoengaño.

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