Algunos poemas de Carlos Interiano
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I
Posose un pájaro errante
sobre una flor, de sol sus
pétalos repletos.
Pájaro y rosa se fundieron
en una bocanada de lujuria.
Contaba el abuelo que este
encuentro
dio vida al infierno del
amor.
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IV
Ayer un canto de alondra
sacudió la nostalgia
de mis sobrados años.
En sus notas de agente
cantarina llevaba implícito
un no sé qué de prisas
desbordas
un no sé qué de penas
olvidadas
un no sé qué de lunas no
vividas.
Y la alondra lo sabía
Y yo lo sabía pero lo
ignoraba.
Es la rutina de no tener
nada.
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VI
Pájaro
errante soy.
Del litoral de mis
recuerdos solo conservo
mis ligeras letras,
mortaja ingrata que siempre
me acompaña.
Pájaro errante soy.
No tengo casa.
Mi patria es una nube que
cubre mi cuerpo hoy
y lo desnudará mañana.
Solo tu voz conforma mi
fortuna.
No tengo luz, no tengo
verbo. Nada tengo.
Solo tu voz. Aquella voz de
inciertas latitudes.
Errante como yo, sin
límites, sin amos, de luceros congelados
de estrellas encubiertas,
de soles sin sentido.
Pájaro errante que viaja
hoy
y viajará mañana.
Y por siempre viajará.
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ATARDECER
Acrisolado el día se
despide
como un varón que en las
puertas de su amada
inclina el corazón,
susurra un beso
y parte hacia lo ignoto de
la nada.
Y tristes las violetas y
mustios los geranios
y ¡ay de mi!, triste mi
vida
se nutre de tristezas el mortecino
ángelus
y el amor por ella que en
mi alma anida.
Escucho melancólico el
latir del campanario.
Y vibran al unísono los
harapos de mi alma.
Sucumbe en las sombras con
ojos de quimera
la última luz del día como
lápida de calma.
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RIMAS DE OTOÑO
Cruzar la fresca avenida
como un don Juan lisonjero
Robar al cielo un lucero
Y a una alondra que anida
su nidal de terciopelo.
Llevar al verso la vida
después de haberla vivido
con paso lento y dolido
con un dolor que se mitiga
con las sombras del
olvido.
Otoño es tan solo un verso
que se dice en la
distancia
verdor que emana fragancia
de un amor límpido y terso
y de risa en abundancia.
Otoño es tan solo un verso
de un ayer triste y vencido
De un amor que ya fallido
persiste y en tiempo
inverso
se fue llevando el olvido.
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SENTIDO FIGURADO
Este dolor punzante que no
acaba
Esta trivia de vida con
acertijos inesperados
con respuestas ambiguas,
con esperanzas fallidas.
Esta cadena infame de
condenas sociales
Este incesto de vida sin
plenitudes ni liras
Sin poesía, sin sentido,
De primaveras, perdida.
He subido a la cúspide de
mi montaña
y desde allí contemplo,
con mirada de puñales
el pantano anegoso de
aquella vida perdida
indomable, irredenta.
Este dolor punzante es la
cruz
de un aprendiz de redentor
que alguna vez ha querido
suturar heridas
en la tórrida conspiración
del mundo.
Este dolor irredento,
indomable
cautiva la magia de mi
sufrimiento
y vuelve cuna el tálamo de
amantes
Y vuelve templo un
prosaico lupanar.
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