Publicado en Diario de Centro América, el 20 de marzo de 2014
De todo hay en la viña del Señor.
El inicio de la prensa escrita demandó toda una organización social dedicada a este nuevo oficio: informar a la ciudadanía sobre el acontecer nacional y mundial.
En esta organización social han desempeñado un papel clave las personas entrenadas para recopilar, procesar y difundir las noticias. Surge de esta manera un nuevo oficio, una nueva profesión: el periodista. El nombre genérico de periodista se emplea hoy día para aquellos profesionales que trabajan en cualquier medio, prensa, radio, televisión y el extenso mundo de Internet.
Esta última herramienta ha venido a provocar redefiniciones en el oficio de los hombres y mujeres de prensa. ¿Qué es lo que define a un periodista?
Hay muchas características que marcan la profesión, por ejemplo, que trabajen con la materia prima que es la información. Esto conlleva, por supuesto, un compromiso con la verdad, la objetividad (en el más extenso sentido del término) y la responsabilidad social.
Un periodista debe ceñirse a los cánones que le marca la ética de su profesión y estar consciente de que no es un constructor de estados de opinión pública sino un enlace entre los sucesos y la ciudadanía. Durante muchos años algunos periodistas se consideran a sí mismos como líderes de opinión, pero la verdad, su papel no debe ser confundido. No se forman en el arte de la persuasión sino en el arte de la información, dos asuntos totalmente diferentes.
Quien afirme lo contrario debe revisar los fundamentos epistemológicos que sustentan la profesión periodística.
Otra cosa es, por supuesto, que algunos hombres y mujeres de prensa hayan traspasado las barreras del periodismo y hayan incursionado en la política (algunos con buen éxito, otros, con un sonado fracaso). El periodista, ya sea de prensa escrita, radio, televisión u otro formato, debe estar consciente de que su papel no es agitar masas sino informar a la población de la manera más veraz y responsable posible.
Y aunque no existe ningún mandato legal que circunscriba su función a ser un agente informativo, sí existe un consenso en que, funcionalmente, ese debe ser su papel. Por ejemplo, no podemos exigirle a un médico que construya casas porque su función es prevenir y curar enfermedades.
La función del periodista, insisto, es informar. Por supuesto que en el amplio espectro de la actividad periodística, existen ámbitos, enfoques, situaciones diversas que están conectadas con esta. Una empresa periodística tiene, como cualquier organización productiva, departamentos que desempeñan su papel en función de la mercancía que venden: la información. Pero dentro de este extenso engranaje, los periodistas son pieza clave en el proceso productivo.
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