viernes, 4 de septiembre de 2009
PERIODISMO, CIENCIA Y TECNOLOGÍA
INTRODUCCIÓN
Es indudable que uno de los grandes mecanismos del desarrollo social lo constituye el uso suficiente y variado de códigos, canales y medios de comunicación extrabiológicos. En realidad, el gran secreto de la humanidad ha sido su versatilidad y enorme potencial para conocer su yo interno, su estructura funcional y el cada vez creciente ingenio para construir sus mundos paralelos que le han permitido una considerable acumulación cultural, en el más amplio sentido del término.
Nada de lo que el ser humano puede vanagloriarse hoy día, podría haber sido realidad si únicamente nos comunicáramos por los canales que la programación biológica nos ha dotado. Ha sido necesaria una especie de autoprogramación social, una acumulación de estrategias, códigos, canales y medios de comunicación, descubiertas y perfeccionadas por el método muy primario de ensayo-error, para que la humanidad esté pisando hoy día los albores de lo que los sociólogos y futurólogos llamaban hace unas dos décadas: la cibersociedad.
Pero, ¿cuáles son las características de esta cibersociedad? En primer lugar, es un estadio en el desarrollo social en el que los seres humanos ya somos capaces de prescindir de nuestras propias manos, nuestra capacidad de razonamiento operativo, nuestra capacidad de locomoción y hasta de nuestra capacidad dialógica, para convivir productivamente o simplemente manifestar nuestra tendencia natural al hedonismo.
Al menos, teóricamente, en la cibersociedad, la ciencia y la tecnología quedan totalmente sojuzgadas a los designios de la humanidad, a sus caprichos; son sus esclavas, no sus amos. En este sentido, la vieja preocupación sobre un eventual predominio de las máquinas sobre el hombre, parecen cada vez menos probables. El pensamiento de las máquinas, por muy sofisticadas que sean, será operativo, instrumental, servil.
Y en este salto cualitativo, los medios de comunicación masiva están desempeñando, sin lugar a dudas, un rol fundamental: ser promotores, difusores y reproductores a gran escala y con el menor costo posible, de los avances científicos y tecnológicos que la humanidad ha ido experimentando, a lo largo de su tortuosa existencia.
En efecto, no es posible pensar –o repensar- los nuevos paradigmas sociales, aun los más avanzados y complicados, sin la participación directa o incidental de los medios de comunicación. Si en algún campo de la actividad humana, la ciencia y la tecnología han cobrado importancia sin precedentes, ha sido precisamente en el campo de la información. Las llamadas tecnologías de punta, pasan casi necesariamente, por la tecnología de la información.
En el marco general de las políticas de desarrollo tecnológico del mundo industrializado están presentes, con una buena cuota de poder simbólico, las reglas que garantizan la existencia, fortalecimiento y desarrollo de los medios de comunicación; sobre éstos, se alza asimismo, la garantía del libre y exigible respeto a la información, elevada a categoría de derecho fundamental del ser humano.
Periodismo y ciencia, parece ser un matrimonio feliz cuya presencia adquiere cada vez más importancia en los países que hacen esfuerzos por resolver sus ancestrales problemas estructurales, de cara a crear las condiciones que les permitan mejorar su capacidad productiva y sus niveles de productividad, a través de las fórmulas más civilizadas de las sociedades actuales: la educación, la libertad para producir, competir y difundir. Este último concepto es el que atañe a los periodistas y comunicadores sociales en general.
DE LA CIENCIA ESCOLÁSTICA A LA CIENCIA DE MASAS
Sin lugar a dudas, uno de los acontecimientos de mayor trascendencia que nos legara la Edad Media fue la creación de la institución educativa. Fue a partir de este suceso trascendental en la vida de los colectivos sociales, que la ciencia y la tecnología pudieron adquirir un corpus institucional que posibilitara el conocimiento ordenado, la sistematización de los principios científicos en todos los órdenes posibles, la aplicación de estos principios científicos a tareas concretas, dando paso así a la cuantiosa industria que bien podríamos denominar como edutecnología.
Fue a través de la institución educativa y la correspondiente enseñanza de la ciencia y la tecnología, que las sociedades fueron sobreponiéndose al viejo paradigma de aprender mediante el ensayo-error, modelo éste que tuvo altísimos costos sociales y materiales en el devenir social.
Sin embargo, la escuela, como institución encargada de crear, recrear y promover la ciencia y la cultura, aplicando la fórmula tradicional de concentración de grupos humanos en recintos prediseñados para el efecto, ha entrado en crisis. Y aunque es innegable que en sus muros se ha forjado lo mejor del pensamiento positivo, y que ella sentó las bases para construir las sociedades industriales que pueblan muchos puntos del planeta, la acción de la escuela no ha sido suficiente, tanto en calidad como en cantidad.
La cada vez creciente revolución industrial, con sus propios centros de investigación científica y creación tecnológica, ha puesto en crisis el sistema educativo. Este ha reaccionado tardía y deficientemente a las demandas cada vez más grandes y complicadas del desarrollo social. Y fue en el seno mismo de esta gran revolución que adquirieron forma, consistencia y dinámica propia, nuevas maneras de comunicar la ciencia, la tecnología y la cultura en general, compitiendo y superando en mucho a la otrora incuestionable, enérgica y todopoderosa voz de la institución educativa: las bibliotecas. Nos referimos a los llamados medios masivos de información o comunicación, como se les llama indistintamente. No entraremos en estas cuestiones epistemológicas.
Hoy día, los medios de información se han convertido en los mayores canales de difusión de la ciencia y la tecnología, pasando a ser expresión de una revolución industrial, a la revolución informática y conformando hoy día, la punta de lanza de la sociedad del conocimiento. Y aunque han sido señalados por su contraparte, la escuela, de ser poco profundos, poco serios, poco académicos, poco científicos, y un sinnúmero de pocos más, lo cierto es que cada vez, se convierten en los favoritos de los niños y jóvenes de cualquier parte de la Tierra.
Quizá uno de sus mayores secretos sea que no continúan presentando los hechos en blanco y negro, “de oídas” o por anacrónicos relatos que rayan en la ficción y la fantasía, sino todo lo contrario: son precisos, prácticos, actuales, dinámicos y además, a todo color. Sin demeritar a la institución educativa o la acción siempre benefactora del libro, podemos decir que mientras la voz de un maestro llega en forma simultánea a 40 estudiantes, o un libro tiene la posibilidad de ser leído por dos mil personas, un medio escrito por ejemplo, puede ser leído por cien o doscientas mil personas en forma simultánea.
Otro aspecto significativo es que existe la tendencia cultural a guardar los libros, una vez leídos, como un tesoro familiar. En cambio los periódicos, se regalan, se pasan de mano en mano, una vez consumida la información en ellos vertida. Por ello se dice que un periódico puede tener un promedio de cinco impactos de lectura. Y qué decir de la radio y la televisión que se han convertido en los principales ordenadores sociales de nuestro tiempo, sobre todo, los que se cuelgan en Internet.
Y qué decir de esta última, el cual constituye, por definición propia, el ente aglutinador de todos los medios: radio, prensa, televisión y medios alternos derivados del ciberespacio: el chat, el correo electrónico masivo, el blog, la página digital, entre otras posibilidades.
Por supuesto, la institución educativa ha reaccionado positivamente a este fenómeno y cada vez adquiere mayor conciencia que los medios de comunicación pueden –y deben- convertirse en sus principales aliados. Hoy día es más común escuchar términos como periodismo científico y educativo, radio y televisión educativa, solo para mencionar algunos.
LA MASIFICACION DE LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA DE PUNTA
La acción de los medios de comunicación en la difusión de la ciencia y la tecnología, ha contribuido a la apropiación colectiva de estas actividades sociales que habían sido una especie de tesoro escondido, detentado celosamente por elites privilegiadas. En este sentido, ni los esfuerzos supremos de los grandes movimientos sociales orientados a conseguir la democratización y horizontalización de estas acciones, habían conseguido un impacto significativo en esta dirección.
Han sido los medios de comunicación quienes han conseguido un mayor impacto en este sentido. Gracias a ellos, hoy día es bastante común que niños y adolescentes incorporen términos científicos y jerga tecnológica a sus discursos cotidianos y no digamos a sus tareas escolares, aunque no comprendan exactamente su significado. Ciertamente ellos están viviendo los efectos beneficiosos de la cibersociedad, articulada y comandada por los grandes medios masivos. Internet es sólo una expresión de la cultura de nuestro tiempo y un valioso recurso de las comunicaciones sociales actuales.
Cómo serán los grandes medios de comunicación en los próximos cincuenta años es bastante complicado establecerlo. De lo que sí estamos seguros, es que tienen un espacio legítimamente garantizado en las grandes hazañas del futuro. Como voces colectivas, seguirán siendo portadoras de significados sociales, pero además, se constituirán en los grandes escenarios donde la ciencia y la tecnología, puede (y debe) expresarse. Es sin duda, un hecho que tendrán que transformarse, adaptarse a los signos de los nuevos tiempos y acontecimientos, pero continuarán siendo canales de expresión masiva; de esto, no cabe duda.
LA FUNCIÓN DIDÁCTICA DEL PERIODISMO COMO PORTAVOZ DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA
Por supuesto, la acción de los medios de comunicación como difusores de ciencia y tecnología no puede considerarse como perfecta y acabada. Las críticas que se les hacen, contienen su buena dosis de razón.
En efecto, no basta con transmitir ciencia y tecnología, es preciso dotar a éstas de su contenido didáctico. De las funciones que sentaron los gurús del periodismo en relación a que la prensa y los medios de información en general deben informar, educar y entretener, se hace necesario que la función de educar sea desarrollada con los más modernos preceptos psicológicos, sociológicos y antropológicos, con el propósito de conseguir más y mejores efectos en los usuarios.
De cara a las exigencias de las sociedades actuales y futuras, es preciso que en el seno de las salas de redacción se creen secciones especializadas en información de ciencia y tecnología, con personal especializado en técnicas didácticas que posibiliten la asimilación, comprensión, relación y si fuera posible, aplicación de las categorías científicas y fórmulas técnicas que sirvan como soporte del sistema educativo.
La acción de los medios de información como escuela paralela sería más eficaz y eficiente, si los contenidos informativos de ciencia y tecnología tuvieran un tratamiento didáctico. El sistema educativo mismo, estaría alimentándose con esta innovación y seguramente las empresas periodísticas estarían garantizando nuevas cohortes de lectores –los niños y los jóvenes-. Esta acción de los medios como escuela paralela se hace más necesaria en aquellos que se han trasladado al inmenso mundo de posibilidades que ofrece Internet.
CONCLUSIONES
A. Los medios de información constituyen hoy día, la escuela paralela donde los niños, jóvenes y adultos encuentran información sobre los últimos acontecimientos científicos y tecnológicos, constituyéndose con ello, en la punta de lanza del sistema educativo.
B. El hecho de constituir una opción educativa, como escuela paralela, demanda de los medios de información, un mayor y mejor esfuerzo por presentar las informaciones relacionadas con la ciencia y la tecnología, mediadas didácticamente.
C. La mediación didáctica de la ciencia y la tecnología proveerá a los lectores interesados un mejor contexto de comprensión y asimilación de sus principios, hallazgos, impactos y usos.
D. En las sociedades en desarrollo, donde los sistemas educativos alcanzan rezagos de hasta treinta y cincuenta años, la información de ciencia y tecnología que proveen los medios de información, constituye una oportuna, acertada y excelente alternativa que conecta a los lectores con el mundo actual y futuro.
E. Por ello se insiste en la creación de módulos de periodismo científico y tecnológico, conformados por especialistas en comunicación educativa. No se trata sólo de difundir ciencia y tecnología en los términos que la entienden los especialistas. Es recomendable que se diluya en lenguaje cotidiano los pesados e incomprensibles formalismos del lenguaje científico.
Imagen tomada de Google
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Comparto completamente su propuesta en cuanto a que los comunicadores difundan, en este caso ciencia y tecnología, en términos sencillos; sin el excesivo abuso de tecnicismos, para que lo publicado resulte atractivo para el receptor y tenga un mejor aprovechamiento para las mayorías. Al mismo tiempo, resulta sumamente interesante poder comprender el papel que juegan los medios informativos en la ardua tarea educativa. Considero que es necesario que los docentes se apoyen en estas herramientas tecnológicas…y no necesariamente hasta que llegamos a la Universidad, creo que es necesario que se instaure esta escuela paralela desde que los niños inician su formación educativa.
ResponderEliminarMuchas gracias por ser docente y comunicador que va a la vanguardia con la tecnología y, sobre todo, muchas gracias por compartirnos esta temática tan interesante.
Saludos cordiales Dr.