viernes, 7 de junio de 2019

El color de la voz


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En la comunicación política el color de la voz es clave para conectar con el ciudadano.

El paso trascendental que permitió a la humanidad avanzar en su proceso de desarrollo, crear cultura y las condiciones necesarias para satisfacer sus necesidades básicas de sobrevivencia, ha sido su capacidad de usar su aparato de fonación para comunicarse, articulando sonidos con un significado preciso que puede ser entendido por los demás. Fue creando, de manera paulatina, los sonidos guturales que le permitieron, en una etapa muy temprana de su evolución, generar las reglas básicas de selección y combinación de signos hasta producir cadenas completas de significado. Estas reglas básicas se conocen con el nombre genérico de código.

El código lingüístico que posibilitó los diversos idiomas ha sido la clave de la civilización humana, el cual se ha usado de acuerdo a las necesidades materiales y contextuales en los diversos periodos de su historia. Es en sí, un código abierto y moldeable de acuerdo a las particularidades de cada región, época y condiciones culturales. A diferencia del resto de seres de la escala animal cuyo código de comunicación es cerrado y programado biológicamente, el código lingüístico humano es flexible, ajustable, maleable.

El principal canal del código lingüístico es la voz. Este recurso verbal es el instrumento que no sólo está sujeto a condiciones fisiológicas sino también a factores psicológicos, ofreciendo una infinita gama de posibilidades de expresión que hacen del humano un ser versátil, adaptable a diferentes situaciones sociales. La característica de la voz con la que nacemos y nos desarrollamos se llama color de voz y se identifica con el timbre, el cual puede ser agudo, grave, suave, ronco, etc.

Sin embargo, el color de la voz es un concepto mucho más extenso que el propio timbre. Está relacionado con los aspectos emotivos, afectivos con que se maneja el timbre. Por ejemplo, una persona puede tener una voz aguda pero mediante el volumen y adaptación afectiva de esta resulta agradable. Lo mismo puede decirse de una voz ronca. El secreto está en el manejo del color.

Cuando una madre le habla a su hijo puede hacerlo con suavidad o severidad, según sea el estado afectivo de ella y según el propósito que desea conseguir. Invariablemente el niño interpretará el mensaje con solo percibir el tono con que su progenitora le habla.

En el plano artístico, por ejemplo, hay cantantes que de suyo no tienen una gran voz, pero el manejo magistral que hacen de ella, les proporciona un clima propicio de interpretación que impacta al público. En la poesía sucede lo mismo. Un poeta que lee un poema puede no tener una dicción estudiada, pero si lo hace atendiendo a un clima afectivo adecuado, seguramente producirá en los oyentes, un efecto envolvente. En la comunicación política el color de la voz es clave para conectar con el ciudadano. Una voz altisonante, altanera, rústica, sin matices adecuados, producirá un rechazo en sus oyentes. Y una vez creado un impacto negativo es difícil cambiarlo, aunque se hinque.

Carlos Interianohttps://dca.gob.gt/noticias-guatemala-diario-centro-america/wp-content/uploads/2019/01/CARLOS-INTERIANO.png

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