Usted
y yo tenemos un conflicto.
No
amo sus ojos porque sean suyos.
Los
amo, porque en ellos, mi vida se llena
de
cantos de cuna.
Usted
y yo tenemos un dilema.
No
amo su voz porque sea suya.
La
amo, porque son las notas musicales
que
renuevan mi vida.
Usted
y yo tenemos una duda.
No
amo su risa porque sea suya.
La
amo, porque en ella
languidecen
mis penas.
Usted
y yo tenemos un abismo.
Usted
viene vital, devorando caminos.
Yo
voy hacia la nada
persiguiendo
quimeras.
Usted
y yo tenemos diferencias.
Yo
le amo intensamente.
Usted,
por el contrario,
me
ahoga en el silencio.
Carlos Interiano
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