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Tendemos a vernos reflejados en los mensajes que a diario inundan nuestras computadoras, las tablets, los teléfonos móviles
En las tradiciones griegas y romanas antiguas los espejos ejercían un poder sobrenatural sobre quienes convocaban sus poderes mágicos. Eran capaces de revelar, mediante conjuros especiales, el mundo de lo desconocido, y gobernar con ello parte de las decisiones humanas. Otra de las creencias es que un espejo es capaz de atrapar el alma de una persona mientras duerme. Por lo tanto, recomiendan cubrir estos artefactos con un paño por la noche.
En la sociedad actual, el concepto de espejos negros se relaciona con el mundo de la comunicación por medios electrónicos, especialmente los dispositivos móviles, las computadoras y todo cuanto artefacto esté conectado a la internet. La analogía consiste en que a través del mundo digital los seres humanos nos vemos, o esperamos vernos, reflejados, proyectando una imagen a veces ajena a la que verdaderamente tenemos. El cuento de Blancanieves y la bruja malvada es un buen ejemplo de esto. De acuerdo con el relato, la bruja siempre preguntaba quién era la mujer más bella, y el espejo le respondía que ella.
En términos de manejo de opinión pública, actualmente los ciudadanos tendemos a vernos reflejados en los mensajes que a diario inundan nuestras computadoras, las tablets, los teléfonos móviles y también los televisores inteligentes. Toda una gama de herramientas de última generación que proyectan nuestros valores, nuestros deseos, frustraciones y esperanzas en un conjunto bien empaquetado de mensajes que han sido planificados desde emisores, muchas veces anónimos, y otras, personificados por el gran capital, vía empresas y firmas transnacionales.
Edna Portillo, en su trabajo de tesis doctoral explica: “El éxito de las redes sociales se debe a que las personas viven ansiosas por saber cómo es su imagen ante los demás, porque no la conocen ellas mismas. Necesitan saber cómo son ante otros. Y en esos espejos negros está inmersa la opinión pública. Esos espejos negros pueden constituirse en armas peligrosas en ese afán de expresarse, ya que para estar dentro se dice hasta lo indecible porque se actúa sin interlocutor enfrente. De ahí que surja la maledicencia a granel y se haga tanto daño a los demás”. En términos de comunicación, los espejos negros son esos grandes espacios interactivos donde cabe de todo, desde una simple queja por un bache en el camino, hasta la formación de corrientes de opinión a favor o en contra de una persona o institución. Y, por supuesto, en un efecto de espiral, muchas personas se van agregando como gotas de agua dispersas, hasta que finalmente logran construir grandes estados anímicos, generalmente prejuiciados.
El resultado: las personas han visto su imagen reflejada en los mensajes empaquetados que les llegan a diario a través de su correo electrónico, su perfil en redes sociales o en los programas de televisión que producen y distribuyen las compañías transnacionales de comunicación. Las cadenas de oración y los mensajes motivacionales son un buen ejemplo de ello.
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