viernes, 2 de junio de 2017

EL EFECTO 2015

Publicado en el Diario de Centro América el 2 de junio
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Tenemos que ser enfáticos que en la lucha contra la corrupción, solo el pueblo salva al pueblo.
Durante muchas décadas la cultura del dejar hacer, dejar pasar, fue una constante en la vida nacional, a tal grado que se elaboraban chistes sobre actos de corrupción, tanto a nivel privado como en el sector empresarial. Se cuenta la anécdota de un expresidente que, estando en el cargo, nombró a su compadre para un puesto de aduana. Le advirtió que estaría un año en dicho “hueso”. Al cabo de ese período, el compadre se presentó ante el presidente y le solicitó que lo dejara un año más. Ante esto, el mandatario le respondió: compadre, si usted no “huevió” en un año, es su problema. Ahora le toca a mi primo.
Esto retrata, en forma jocosa, los niveles de corrupción que se vivían, al extremo que a plena luz del día y sin ningún recato, muchos funcionarios se convirtieron en potentados, especialmente en grandes terratenientes. Daba grima ver cómo esposas, hijos, padres y muchos parientes gozaban de las prebendas gubernamentales. Había funcionarios que se jactaban de tener varias “amigas” a quienes, por supuesto, asistían económicamente.
En las postrimerías del gobierno anterior, finalmente la sociedad guatemalteca se hartó de la situación generalizada de la corrupción y los malos manejos de la cosa pública que, en un Estado de impudicia y descaro, manejaban muchos funcionarios encabezados desde las más altas autoridades de gobierno.
El 2015 puede marcar el parteaguas entre un pasado oscuro de corrupción y una nueva forma de hacer política, administrar la cosa pública, e incluso, dinamizar las relaciones entre el sector empresarial y el sector público.
Algunos síntomas del efecto 2015 se observan en la vida pública. Instituciones estatales más comprometidas con su trabajo, procesos judiciales para perseguir, juzgar y castigar a culpables, mayor interés ciudadano por realizar labores de auditoría social. Instituciones como la SAT, la CICIG, el MP, la Contraloría y el sistema judicial, están haciendo su trabajo lo mejor que pueden. Por supuesto, que aún hay mucho camino por recorrer en esta dirección. Se percibe en actores que tradicionalmente actuaban al margen de la Ley y la ética, un inusitado interés por hacer las cosas correctamente.
Sin embargo, la ciudadanía debe estar siempre alerta, detectando y denunciando aquellos actos anómalos que lesionen los intereses del Estado, que son los nuestros, sin importar procedencia étnica, social o económica.
Comprender esto es crucial para empoderarse y mantener una actitud vigilante y exigir que se castigue a quienes transgredan la Ley.
El próximo año habrá cambios en el MP; y la CICIG estará próxima a cumplir su mandato. Debemos ser conscientes que esto podría ser una ventana de oportunidad para que los deshonestos retomen las riendas de la administración pública y nuevamente vuelvan a resurgir como hongos venenosos quienes tanto daño han hecho al país. Tenemos que ser enfáticos que en la lucha contra la corrupción, solo el pueblo salva al pueblo. Si es preciso volver a la plaza, debe hacerse.

1 comentario:

  1. Toda la razón Compa, sufrimos con la "Chupetillo", aquella mujer diabólica directora de CONJUVE, que nos guevió el salario bien ganado. Puede que alguien haga justicia aquí en la tierra o que el círculo de la vida la alcance.

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Poema: LAS RANAS Y LOS GRILLOS

El periodista Carlos Enrique Morales Monzón produjo esta versión de mi poema Las ranas y los grillos. Se los dejo