Estos libros que me dieron una vida
se han vuelto viejos
acaso quizás más sabios
acaso quizás más lentos
De sus letras aprendí
que la experiencia es la virtud
de quien no teme a equivocarse
y avanza sobre el filo de la duda
y se cae y se levanta y camina
y no pierde el horizonte de su risa
Estos libros me enseñaron a reír
y a soñar en abundancia
nada escapa a sus páginas gastadas
y amarillas ni a sus cálices de sabias
enseñanzas
/Nada escapa/
ni siquiera el misterio de los hombres
ni el perfume de las flores
ni la garra que desgarra la esperanza
ni las manos que construyen la ternura
/Nada escapa a los libros/
porque son el corazón de los humanos
y el crisol que acuna sus ideas
y sus
sueños
Hermoso regalo!
ResponderEliminarBello poema Dr. Carlos.
Muchas gracias por tan hermoso presente, Dr. Interiano
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