No tengas miedo de untarte de mi
vejez. Tu piel aún es joven, lo sé, pero
tus años se dormirán en cada poro y
despertarán, pasado el tiempo, en un
flácido recuerdo de la mocedad.
Los años son aves migratorias que
Los años son aves migratorias que
nunca
regresan.
Entonces ya no seré yo el repudio de
Entonces ya no seré yo el repudio de
tu tacto. Tú lo serás. Y entenderás que
en el arrugado tiempo se esconde
algo más que el declinar del día. Se
refugia
la vida.