Publicado en el Diario de Centro América, el 23 de mayo de 2014
El poder aquí se define como un sistema de pesos y contrapesos.
Citaremos la manifestación de poder por lo menos en cuatro espacios bien demarcados: En lo político, jurídico, simbólico y comunicacional.
Lo político. En el espacio político es quizá donde más se pueden detectar las relaciones de poder, ya que, todo lo que realizan los ciudadanos en este espacio está marcado por la simbología del poder, aun cuando los individuos actúen en su esfera familiar o con grupos de amigos cercanos.
Por supuesto que en las sociedades existen instituciones donde el poder es el factor que articula todas las demás relaciones. Piénsese por ejemplo, la dinámica que se establece en el Congreso de la República, donde todos sus miembros (aun quienes conforman el staff administrativo) enmarcan su actividad en la lógica del poder. El poder aquí se define como un sistema de pesos y contrapesos.
Lo jurídico. En el andamiaje jurídico se articulan las relaciones de poder en categorías que bañan a todos los miembros de un conglomerado social. El poder aquí se encuentra estructurado con apego a normas establecidas de observancia general. Sus relaciones afectan a toda la sociedad.
Lo simbólico. El poder también se manifiesta en símbolos. Llamaremos símbolo a todo elemento senso-perceptivo capaz de sintetizar una visión ideológica y/o política. Piénsese por ejemplo, en símbolo que utiliza el actual gobierno de la República. Existen símbolos que concentran poder, tales como la cruz suástica, utilizada por los nazis en Alemania, o la cruz normal usada por el cristianismo.
Lo comunicacional. El poder también comunica y se comunica. Como conjunto de símbolos, el poder atrae la atención de la ciudadanía, ya sea en forma positiva, negativa o neutra. Por supuesto que no sólo se comunica el poder a través de símbolos previamente fabricados; su influencia va más allá. Comunican poder los edificios, los uniformes, los artículos identitarios y hasta suntuarios (anillos, báculo, capas, corona, etc.), posiciones corporales, ademanes, colores, formas de diseño, espacios, etc. La cantidad y variedad de elementos que comunican poder es enorme y son usados en función de las expresiones culturales de los pueblos.
El poder es el eje transversal que atraviesa la matriz cultural de todos los grupos humanos. No tiene principio ni tendrá fin. Donde se establezcan relaciones humanas, aun en la intimidad amorosa, estas estarán articuladas por expresiones de poder. Quizá la diferencia sea cómo y con qué propósito se ejerce.
Todos los regímenes políticos conocidos hasta hoy ejercen el poder. De diferente manera quizá, según los modelos políticos de organización social de cada comunidad, el poder, como factor de dominación/dominado está presente.