Publicado en Diario de Centro América, el jueves 22 de 2013
Hay signos que encierran verdaderos acertijos y son por ello, ambiguos.
La Semiótica es la ciencia que estudia los sistemas de signos. Fue propuesta a principios del siglo XX por el norteamericano Charles Sanders Peirce. En Ginebra, Suiza, Ferdinand de Saussure proponía, coincidente en esa misma época, la Semiología, que también se formularía como la ciencia que se dedica a estudiar los signos.
Ambas disciplinas llegaron a conjuntar sus postulados científicos, y ya para finales de los años 60 se había delimitado el campo de estudio para ambas. La Semiología tendría por objeto el estudio general de los signos y la Semiótica se encargaría del estudio particular de estos. Así podemos hoy día, hablar de semiótica del cine, de la arquitectura, de la pintura, de la poesía, de la cultura popular, etcétera. En la vida cotidiana usted puede interpretar todos los signos que se encuentran a su alrededor, es decir, todos aquellos mensajes que encuentra a su paso. Por ejemplo, los rótulos publicitarios, las señales de tránsito, los juegos de los niños, la forma de vestir de las personas, la música, los ruidos; en fin, todo cuanto sus sentidos son capaces de percibir.
La interpretación que usted haga de esos signos puede darle dos sentidos. El primero, puede ser una interpretación denotativa, es decir, literal. El segundo, puede ser una interpretación connotativa, en cuyo caso, usted descifrará otros sentidos del mensaje recibido. A veces lo que perciben nuestros sentidos (interpretación denotativa) no es el mensaje que verdaderamente encierra el signo; en este caso, debemos hacer un esfuerzo por entender qué se quiso decir con este. Pongamos por caso, las parábolas de Jesús.
Hay signos que encierran verdaderos acertijos y son por ello ambiguos, poco claros y requieren de un esfuerzo de interpretación. A este esfuerzo se le conoce como lecturas semióticas.
La próxima vez que lea un editorial, una noticia, una columna o bien, escuche una canción por ejemplo, trate de descifrar cuál es el propósito oculto o la segunda intención de tal mensaje.