domingo, 27 de septiembre de 2009
EL COMUNICADOR SOCIAL Y LA RADIO EN GUATEMALA
DISCUSIÓN GENERAL
Es indudable que una de las preocupaciones de los estudiosos de la comunicación en nuestro mundo contemporáneo la constituye el papel que ha jugado y juega actualmente el comunicador social, y en especial, el comunicador que se dedica a la radio, por ser uno de los medios de mayor difusión en todo el planeta, especialmente en nuestro país.
Se han planteado numerosas interrogantes. ¿Es el comunicador social un agente de cambio en la sociedad a la cual informa?, ¿Es el comunicador social un educador por excelencia, capaz de crear actitudes y modificar comportamientos?, ¿Es el comunicador social un líder de opinión con suficiente cuota de credibilidad, o por el contrario, es un agente instrumentalizado al servicio de las sociedades de consumo?
La respuesta es compleja. En las escuelas de comunicación se ha teorizado bastante sobre este problema. Al respecto se deben analizar sucintamente los factores que intervienen en un proceso comunicativo y las relaciones que estos guardan entre sí, desde el punto de vista del comunicador.
En los medios de comunicación masiva el comunicador está sujeto a muchas relaciones. Retomando algunos elementos de análisis de Maleztke, mencionaremos algunas de esas relaciones, aplicadas al comunicador social radiofónico:
El comunicador como personalidad: Tres factores componen la personalidad del comunicador social: actuar, sentir y pensar. De la manera como piense y sienta estará actuando frente al medio y por ende, frente al público que recibe sus mensajes. Es decir, no podemos juzgar a un individuo únicamente por sus actitudes sin antes comprender o conocer qué es lo que siente o piensa. Los tres factores van indisolublemente ligados.
El comunicador en su autoimagen: Es muy importante analizar cuál es la representación que el comunicador tiene de sí mismo. Por ejemplo, considerarse un caudillo de una causa -sin algo que lo justifique-, determina que éste tiene una autoimagen sobrevalorada y por lo tanto esto determina la cantidad y calidad de mensajes a emitir. ¿Se considera asimismo como una persona autosuficiente, capaz de prescindir de los consejos y avances cognoscitivos de nuestra época, o muy inteligente para no necesitar el estudio constante y ordenado; o se considera sólo un enlace en el proceso de comunicación?
El comunicador en sus relaciones sociales y equipos de trabajo: Los mensajes que produce un comunicador social también están determinados por las relaciones que mantiene con sus amigos y sus compañeros de labores. Sus mensajes están impregnados de las opiniones, actitudes y comportamientos de sus amigos y compañeros.
El comunicador y sus relaciones con la empresa en la que trabaja: La ideología de la empresa a la cual sirve, su organización, proyecciones políticas, realizaciones empresariales y muchos otros factores, determinarán el comportamiento de los comunicadores que laboran en ella, modificando así también, los mensajes que a diario elaboran. Esto está íntimamente relacionado con el cargo que ocupen dentro de la empresa. Naturalmente un Director de radionoticiero tendrá una concepción distinta de la realidad nacional que un reportero o locutor.
El Comunicador y la imagen del receptor: Lo que sentimos y pensamos de los demás contribuye a modificar sustancialmente nuestra conducta y creencias. En el plano de la comunicación social este factor es de suma importancia. Los mensajes que emitimos están directamente relacionados con la concepción que tenemos del público.
Es corriente escuchar a muchos hombres y mujeres de medios decir "yo le doy al público lo que éste quiere". Esta afirmación viene a constituir un juicio de valor, puesto que difícilmente los comunicadores sociales podrían establecer exactamente qué es lo que quiere el público. En tal sentido, nos creemos -en tanto comunicadores- con la libertad de interpretar los sentimientos, pensamientos y actitudes del público. En resumen, nos sentimos con suficiente autoridad para posesionarnos de su personalidad.
Debemos tener siempre presente que los perceptores, o sea el público, también reciben nuestros mensajes mediatizados por los factores que señalamos al comunicador, o sea que recibirán los mensajes bajo la influencia de cuál es la autoimagen, su personalidad -social e individual-, cuáles son sus relaciones sociales y laborales y cuál es la imagen que tenga de sus comunicadores. Esto último es muy importante porque muchas veces no importa cuál es el mensaje, o cuál es su contenido, sino quién lo dijo. El concepto de prestigio del comunicador entra muchas veces en juego en un proceso comunicacional.
Los hombres de radio tienen particular importancia en la difusión de información, de cualquier índole, porque trabajan en un medio que es dinámico por naturaleza y cuyos mensajes necesitan de mayor atención, puesto que en su recepción interviene únicamente un sentido, el oído. De ahí que los mensajes deben ser bien programados, contextualizados y apoyados en bandas de redundancia. En otros escritos hemos sugerido una proporción de 60 a 65 por ciento de redundancia sobre un 40 o 35 por ciento de innovación. Pero en el caso de la radio, es recomendable incluir más porcentaje de redundancia sin hacer que el mensaje se torne aburrido o falto de interés.
FUNCIONES DE LOS MEDIOS DE COMUNICACION
Es conocida ampliamente la trilogía que conforman las funciones de los medios de comunicación: informar, educar, entretener y divertir. A estas funciones ya tradicionales en nuestro medio, podemos agregar otras que consideramos importantes para ubicar y a la vez despejar la siguiente interrogante: ¿Es el hombre y la mujer de radio un comunicador social o solamente un comunicador de consumo? Las funciones propuestas -tomadas de Lazarsfeld- son las siguientes: a) Función de prestigio, b) otorgamiento de estatus social y c) disfunción narcotizante.
Abordaremos las tres funciones señaladas por Lazarsfeld:
Función de prestigio: Se ha comprobado teóricamente (tomando la teoría como reflejo de una práctica), que los medios de comunicación cumplen con un papel de otorgamiento de prestigio en los individuos que aparecen representados en la sustancia material de los mensajes. Ello explica las llamadas telefónicas a las radios, las cartas de saludos, los comentarios realizados en distintos programas, y en general, el aprovechamiento de cualquier ocasión para aparecer en "escena" o en "el aire" por parte de los perceptores. Es una necesidad producto de nuestra sociedad de consumo. Los individuos (con excepciones por supuesto) sienten satisfacción al escuchar su nombre a través de la radio, ya sea por motivo de saludos o por comentario a una buena acción (destacar en política, deportes, artes, etc.) Un conocido personaje de nuestro medio periodístico afirma irónicamente que "lo importante es que los medios hablen de uno aunque sea mal".
Otorgamiento de estatus social: Como resultado de la anterior actividad de los medios de comunicación, los perceptores van ascendiendo en su escala social. Se les va fijando en la categoría de "hombres importantes", sin considerar el grado de importancia que éstos tengan. Los medios los han sustraído psicológicamente de su medio y les han creado una categoría ficticia: hombre destacado, importante. Esta categoría va ascendiendo a medida que aumenta el número de veces que aparece en los medios.
Disfunción narcotizante: La disfunción narcotizante está íntimamente ligada al tiempo de ocio. Aclaremos estos términos: Narcotizar, proviene de narcótico; y de acuerdo a una definición de diccionario sería "adormecer con ayuda de un narcótico". Los mensajes difundidos por los medios de comunicación tienden a narcotizar (adormecer) la conciencia. En cuanto al tiempo de ocio, se denomina así al tiempo libre que posee una persona. Los pasatiempos, las distracciones, las horas dedicadas al paseo, al deporte, y en general a otras actividades no laborales constituyen el tiempo de ocio.
Los medios de comunicación (radio, televisión, cine, prensa, y más recientemente Internet) han venido modificando las actividades que el ser humano realizaba en su tiempo de ocio. La lectura de buena literatura, la asistencia al teatro, los paseos, las distracciones, los deportes y muchas otras actividades han sido reducidas o eliminadas en muchos casos por los medios de comunicación. Una de las consecuencias más importantes de este fenómeno lo constituye el hecho de que los medios de comunicación no sólo han llenado el tiempo de ocio, sino que han extendido su influencia al tiempo dedicado al estudio y al trabajo.
Para clarificar esta situación plantearemos la siguiente interrogante: ¿Cómo se transforma la influencia de los medios de comunicación masiva en disfunción narcotizante?
En primer lugar, debemos analizar cuál es la calidad de los mensajes lanzados a través de los medios. Tomando como referencia la radio, que es el objeto de este trabajo, nos atrevemos a señalar que a través de ella se transmiten programas que contribuyen a proyectar en la audiencia, un mundo que no les pertenece ni por historia ni por contexto. Es muy importante el hecho de que un alto porcentaje de la programación radial está representada por programas "enlatados o en conserva", importados de algunos países industrializados, especialmente México y Estados Unidos de Norteamérica. Son incontables los ejemplos al respecto.
Por otro lado, ¿cuál es la cantidad de mensajes con carácter informativo, educativo o cultural que transmiten los medios de comunicación, especialmente la radio? Es fácil deducir que las funciones primarias de los medios de comunicación no se cumplen, sino en mínima parte, especialmente las primeras. Cuando los medios se dedican sólo a llevar entretenimiento de dudosa procedencia y calidad se transforman en narcotizantes.
En segundo lugar nos preguntamos ¿Cuál es el grado de participación activa de los hombres y mujeres de la radio en la solución de los diferentes problemas sociales? A la luz de las evidencias y con raras y honrosas excepciones, podemos contestar que la mayoría de ellos se transforma en instrumento pasivo y no en entes activos, reduciendo al máximo sus inquietudes, sus aspiraciones, sus capacidades y su verdadero rol como agentes de cambio social.
Con las acotaciones hechas anteriormente podemos deducir fácilmente que tanto el hombre y la mujer de radio son en muchos casos, comunicadores de consumo y no comunicadores sociales, con las implicaciones que esto significa. La radio (en esencia la radio comercial) se convierte en términos generales en agente de consumo, desde sus diferentes manifestaciones que van desde una romántica melodía hasta la promoción de un detergente o cualquier otro producto.
FACTORES QUE INCIDEN EN LA FORMACIÓN DE COMUNICADORES DE CONSUMO
Son muchas y variadas las causas que contribuyen a instrumentalizar al comunicador de radio en nuestro país. Baste mencionar dos de ellas:
a) Factores económicos
b) Escasa formación técnico-profesional
Causas económicas: En primer término debemos considerar a las empresas de radio como empresas que apuntan siempre hacia la obtención de ganancias económicas. Forman parte de la industria cultural de nuestro tiempo y como tales, apuntan siempre hacia la producción de plusvalía mediante la obtención de ganancias adicionales. Esta característica hace que la radio esté saturada de mensajes-objetos que serán vendidos a través de campañas promocionales, canalizados a través de los medios de comunicación (la radio en el presente caso).
Formación técnico-profesional: Toda profesión necesita de la necesaria amalgama de la práctica y la teoría para poder fructificar y desarrollarse integralmente. La práctica sin la teoría es ciega y a su vez la teoría sin la práctica es inoperante. De esta relación dialéctica surge la necesidad de hacer converger ambas posiciones para conseguir un máximo rendimiento en cualquier actividad humana.
Imagen tomada de Google
viernes, 18 de septiembre de 2009
Charla: OPINIÓN PÚBLICA, ADOLESCENCIA Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN
Comparto con ustedes los puntos relevantes de una charla que impartí a un grupo de jóvenes, en ciudad de Guatemala.
Para fines de esta exposición los términos adolescencia y juventud, se tomarán como sinónimos, no obstante sus claras diferencias.
PREMISAS FUNDAMENTALES
Las preguntas sin respuesta de los adolescentes
En la mente de los jóvenes existen más preguntas que respuestas:
-preguntas acerca de quiénes son
-preguntas acerca de por qué existen
-preguntas acerca de qué hacer con sus dotes físicos, cognitivos, emocionales
-preguntas acerca de qué será de ellos y ellas
-preguntas acerca de la violencia en el mundo
-pero también.....preguntas sobre la capacidad de amar....
Los jóvenes son una constante interrogación del hombre en busca del sentido para decirlo en palabras de Víctor Frankl, el artífice de la tercera escuela sicoanalítica de Viena.
TODAS ESTAS PREGUNTAS SE CONCENTRAN EN UN FENÓMENO QUE BIEN PODRÍAMOS DEFINIR COMO OPINIÓN PUBLICA ADOLESCENTE.
La opinión pública adolescente constituye el CONJUNTO DE VALORES, DUDAS, SENTIMIENTOS, DESEOS, PREJUICIOS, CONDUCTAS ARRAIGADAS, Y POR QUÉ NO DECIRLO TAMBIÉN, LA VISIÓN DE FUTURO, que la adolescencia y la juventud posee, frente a sí misma, frente a su familia, frente a la sociedad y frente a su entorno socio político.
POR DEFINICIÓN PROPIA DE LA EDAD, los jóvenes adolescentes tienden a cultivar una versión pesimista, negativa, desconfiada de su entorno; llámese ENTORNO al conjunto de relaciones familiares, sociales, ambientales. Ellos mismos son, por así decirlo, UN COMPLICADO CÓCTEL DE CONTRADICCIONES.
Esta visión de conjunto dará las pautas para conformar UNA CORRIENTE DE OPINIÓN PUBLICA JUVENIL, marcada por las siguientes pautas de conducta:
• Cambios radicales, vertiginosos y a veces violentos sobre los objetos, procesos y sujetos. LO QUE AYER FUE BUENO PARA LA OPINIÓN PÚBLICA ADOLESCENTE Y JUVENIL, HOY PUEDE NO SERLO.
• Una concepción radical de las cosas y situaciones. Todo se ve en términos MANIQUEOS: o bueno o malo, o blanco o negro. No caben los medios tonos.
• Una autovaloración colectiva deficitaria, resultado quizá, de una valoración social también deficitaria. En un país cuya sociedad está DISEÑADA PARA FRACASAR, la opinión pública juvenil también asimila esta concepción de sí misma y del mundo que le rodea.
• Un proceso de asimilación de los signos vitales que anteceden al cambio social, pero también un rápido desencanto por ellos. Ello explica por qué LA MODA es precisamente la máxima manifestación de la adopción, práctica y finalmente olvido, de los artificios de ésta: MUSICA, VESTUARIO, ACTITUDES Y CONDUCTAS, LENGUAJE, RITOS, ETC.
• Mediante las reglas del contagio y contaminación, la opinión pública juvenil incrementa sus niveles de DESTRUCCIÓN O PARALIZACIÓN TEMPORAL DE LAS DEFENSAS DEL YO; en consecuencia, en mayor medida que la opinión pública adulta, ACTUA POR LA INFLUENCIA DE FILTROS EMOCIONALES Y NO POR MECANISMOS RACIONALES.
• La opinión pública juvenil tiene una enorme capacidad para MIMETIZAR el ambiente. Si se desarrolla en un ambiente violento, aprenderá a producir discursos violentos (en todos los sentidos): violencia en el lenguaje articulado, violencia en el juego, violencia en el sexo, violencia en la MODA, etc.
¿Y LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN?
Aquí viene algo que a veces nos disgusta a los comunicadores sociales y periodistas:
Siendo que los medios de comunicación constituyen en nuestro mundo contemporáneo una especie de ESCUELA PARALELA, es justo hacer de ellos las siguientes reflexiones:
• Los medios de comunicación aportan nuevas preguntas sin respuesta. Esta realidad viene sustentada por los siguientes argumentos:
o Persiguen el hoy y aquí de la información.
o Incrementan la cadena de dudas cuando lanzan una bomba informativa, pero no le dan seguimiento a la información, con el pretexto de que esto no vende.
o A veces la información es parcial, tendenciosa, superflua y poco sustentada.
• Los medios de comunicación se interesan más por el lado NEGATIVO de la información. Esto sin lugar a dudas contribuye a conformar en la opinión pública juvenil UN SENTIMIENTO DE CULPA, UN CLIMA DE ANGUSTIA Y UNA SENSACIÓN DE INCERTIDUMBRE frente a su propio futuro.
• Algunas veces (por no decir muchas), los medios de comunicación se convierten, sin quererlo, en el prototipo de la señora FLETCHER, aquella antigua reportera del crimen: ofrecen sangre, violencia, traición, sin que exista ENSEÑANZA Y PROPUESTA. Es verdad que al respecto también se sostiene la tesis que afirma que los medios SÓLO SON TERMÓMETROS; y por supuesto tienen razón quienes así opinan, una parte de razón que complementa la primera reflexión.
• Los medios de comunicación, salvo raras excepciones, NO CUBREN LA AGENDA DE LOS JÓVENES, en términos de cultivo de valores (cívicos, morales, sociales), formación de opinión crítica, etc. Esto pone en PELIGRO, la estabilidad EMOCIONAL de la juventud.
¿La razón? no existen términos de COMPARACIÓN entre lo que sucede, sus causas y consecuencias. Y por naturaleza, la juventud está siempre buscando MODELOS DE REFERENCIA.
NO POR GUSTO, LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN HAN SIDO CALIFICIADOS POR LAS SOCIEDADES COMO INSTITUCIONES SOCIALES, QUE, SI BIEN ES CIERTO BUSCAN EL LUCRO COMO CUALQUIER EMPRESA MERCANTIL, SU ACTIVIDAD SE ENMARCA DENTRO DE LOS PARÁMETROS DEL SERVICIO SOCIAL.
POR LO TANTO, LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN ESTÁN LLAMADOS A CONTRIBUIR A FORMAR EL CLIMA DE OPINIÓN DE LOS JÓVENES, NIÑOS Y ADOLESCENTES.
EN SÍNTESIS, LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN NO TIENEN LA FUNCIÓN SOCIAL DE INSTRUIR Y EDUCAR; SINO TIENEN UNA FUNCIÓN FILOSÓFICAMENTE MÁS PROFUNDA Y COMPROMETEDORA: FORMAR LA OPINIÓN PÚBLICA.
La preocupación latente es que, aun sin proponérselo, DEFORMEN la opinión pública o MALFORMEN la opinión de este estamento poblacional que, mañana sin lugar a dudas, habrá de tomar las riendas del país, tanto en lo privado como en lo público.
Nota: imagen tomada de Google.
viernes, 4 de septiembre de 2009
PERIODISMO, CIENCIA Y TECNOLOGÍA
INTRODUCCIÓN
Es indudable que uno de los grandes mecanismos del desarrollo social lo constituye el uso suficiente y variado de códigos, canales y medios de comunicación extrabiológicos. En realidad, el gran secreto de la humanidad ha sido su versatilidad y enorme potencial para conocer su yo interno, su estructura funcional y el cada vez creciente ingenio para construir sus mundos paralelos que le han permitido una considerable acumulación cultural, en el más amplio sentido del término.
Nada de lo que el ser humano puede vanagloriarse hoy día, podría haber sido realidad si únicamente nos comunicáramos por los canales que la programación biológica nos ha dotado. Ha sido necesaria una especie de autoprogramación social, una acumulación de estrategias, códigos, canales y medios de comunicación, descubiertas y perfeccionadas por el método muy primario de ensayo-error, para que la humanidad esté pisando hoy día los albores de lo que los sociólogos y futurólogos llamaban hace unas dos décadas: la cibersociedad.
Pero, ¿cuáles son las características de esta cibersociedad? En primer lugar, es un estadio en el desarrollo social en el que los seres humanos ya somos capaces de prescindir de nuestras propias manos, nuestra capacidad de razonamiento operativo, nuestra capacidad de locomoción y hasta de nuestra capacidad dialógica, para convivir productivamente o simplemente manifestar nuestra tendencia natural al hedonismo.
Al menos, teóricamente, en la cibersociedad, la ciencia y la tecnología quedan totalmente sojuzgadas a los designios de la humanidad, a sus caprichos; son sus esclavas, no sus amos. En este sentido, la vieja preocupación sobre un eventual predominio de las máquinas sobre el hombre, parecen cada vez menos probables. El pensamiento de las máquinas, por muy sofisticadas que sean, será operativo, instrumental, servil.
Y en este salto cualitativo, los medios de comunicación masiva están desempeñando, sin lugar a dudas, un rol fundamental: ser promotores, difusores y reproductores a gran escala y con el menor costo posible, de los avances científicos y tecnológicos que la humanidad ha ido experimentando, a lo largo de su tortuosa existencia.
En efecto, no es posible pensar –o repensar- los nuevos paradigmas sociales, aun los más avanzados y complicados, sin la participación directa o incidental de los medios de comunicación. Si en algún campo de la actividad humana, la ciencia y la tecnología han cobrado importancia sin precedentes, ha sido precisamente en el campo de la información. Las llamadas tecnologías de punta, pasan casi necesariamente, por la tecnología de la información.
En el marco general de las políticas de desarrollo tecnológico del mundo industrializado están presentes, con una buena cuota de poder simbólico, las reglas que garantizan la existencia, fortalecimiento y desarrollo de los medios de comunicación; sobre éstos, se alza asimismo, la garantía del libre y exigible respeto a la información, elevada a categoría de derecho fundamental del ser humano.
Periodismo y ciencia, parece ser un matrimonio feliz cuya presencia adquiere cada vez más importancia en los países que hacen esfuerzos por resolver sus ancestrales problemas estructurales, de cara a crear las condiciones que les permitan mejorar su capacidad productiva y sus niveles de productividad, a través de las fórmulas más civilizadas de las sociedades actuales: la educación, la libertad para producir, competir y difundir. Este último concepto es el que atañe a los periodistas y comunicadores sociales en general.
DE LA CIENCIA ESCOLÁSTICA A LA CIENCIA DE MASAS
Sin lugar a dudas, uno de los acontecimientos de mayor trascendencia que nos legara la Edad Media fue la creación de la institución educativa. Fue a partir de este suceso trascendental en la vida de los colectivos sociales, que la ciencia y la tecnología pudieron adquirir un corpus institucional que posibilitara el conocimiento ordenado, la sistematización de los principios científicos en todos los órdenes posibles, la aplicación de estos principios científicos a tareas concretas, dando paso así a la cuantiosa industria que bien podríamos denominar como edutecnología.
Fue a través de la institución educativa y la correspondiente enseñanza de la ciencia y la tecnología, que las sociedades fueron sobreponiéndose al viejo paradigma de aprender mediante el ensayo-error, modelo éste que tuvo altísimos costos sociales y materiales en el devenir social.
Sin embargo, la escuela, como institución encargada de crear, recrear y promover la ciencia y la cultura, aplicando la fórmula tradicional de concentración de grupos humanos en recintos prediseñados para el efecto, ha entrado en crisis. Y aunque es innegable que en sus muros se ha forjado lo mejor del pensamiento positivo, y que ella sentó las bases para construir las sociedades industriales que pueblan muchos puntos del planeta, la acción de la escuela no ha sido suficiente, tanto en calidad como en cantidad.
La cada vez creciente revolución industrial, con sus propios centros de investigación científica y creación tecnológica, ha puesto en crisis el sistema educativo. Este ha reaccionado tardía y deficientemente a las demandas cada vez más grandes y complicadas del desarrollo social. Y fue en el seno mismo de esta gran revolución que adquirieron forma, consistencia y dinámica propia, nuevas maneras de comunicar la ciencia, la tecnología y la cultura en general, compitiendo y superando en mucho a la otrora incuestionable, enérgica y todopoderosa voz de la institución educativa: las bibliotecas. Nos referimos a los llamados medios masivos de información o comunicación, como se les llama indistintamente. No entraremos en estas cuestiones epistemológicas.
Hoy día, los medios de información se han convertido en los mayores canales de difusión de la ciencia y la tecnología, pasando a ser expresión de una revolución industrial, a la revolución informática y conformando hoy día, la punta de lanza de la sociedad del conocimiento. Y aunque han sido señalados por su contraparte, la escuela, de ser poco profundos, poco serios, poco académicos, poco científicos, y un sinnúmero de pocos más, lo cierto es que cada vez, se convierten en los favoritos de los niños y jóvenes de cualquier parte de la Tierra.
Quizá uno de sus mayores secretos sea que no continúan presentando los hechos en blanco y negro, “de oídas” o por anacrónicos relatos que rayan en la ficción y la fantasía, sino todo lo contrario: son precisos, prácticos, actuales, dinámicos y además, a todo color. Sin demeritar a la institución educativa o la acción siempre benefactora del libro, podemos decir que mientras la voz de un maestro llega en forma simultánea a 40 estudiantes, o un libro tiene la posibilidad de ser leído por dos mil personas, un medio escrito por ejemplo, puede ser leído por cien o doscientas mil personas en forma simultánea.
Otro aspecto significativo es que existe la tendencia cultural a guardar los libros, una vez leídos, como un tesoro familiar. En cambio los periódicos, se regalan, se pasan de mano en mano, una vez consumida la información en ellos vertida. Por ello se dice que un periódico puede tener un promedio de cinco impactos de lectura. Y qué decir de la radio y la televisión que se han convertido en los principales ordenadores sociales de nuestro tiempo, sobre todo, los que se cuelgan en Internet.
Y qué decir de esta última, el cual constituye, por definición propia, el ente aglutinador de todos los medios: radio, prensa, televisión y medios alternos derivados del ciberespacio: el chat, el correo electrónico masivo, el blog, la página digital, entre otras posibilidades.
Por supuesto, la institución educativa ha reaccionado positivamente a este fenómeno y cada vez adquiere mayor conciencia que los medios de comunicación pueden –y deben- convertirse en sus principales aliados. Hoy día es más común escuchar términos como periodismo científico y educativo, radio y televisión educativa, solo para mencionar algunos.
LA MASIFICACION DE LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA DE PUNTA
La acción de los medios de comunicación en la difusión de la ciencia y la tecnología, ha contribuido a la apropiación colectiva de estas actividades sociales que habían sido una especie de tesoro escondido, detentado celosamente por elites privilegiadas. En este sentido, ni los esfuerzos supremos de los grandes movimientos sociales orientados a conseguir la democratización y horizontalización de estas acciones, habían conseguido un impacto significativo en esta dirección.
Han sido los medios de comunicación quienes han conseguido un mayor impacto en este sentido. Gracias a ellos, hoy día es bastante común que niños y adolescentes incorporen términos científicos y jerga tecnológica a sus discursos cotidianos y no digamos a sus tareas escolares, aunque no comprendan exactamente su significado. Ciertamente ellos están viviendo los efectos beneficiosos de la cibersociedad, articulada y comandada por los grandes medios masivos. Internet es sólo una expresión de la cultura de nuestro tiempo y un valioso recurso de las comunicaciones sociales actuales.
Cómo serán los grandes medios de comunicación en los próximos cincuenta años es bastante complicado establecerlo. De lo que sí estamos seguros, es que tienen un espacio legítimamente garantizado en las grandes hazañas del futuro. Como voces colectivas, seguirán siendo portadoras de significados sociales, pero además, se constituirán en los grandes escenarios donde la ciencia y la tecnología, puede (y debe) expresarse. Es sin duda, un hecho que tendrán que transformarse, adaptarse a los signos de los nuevos tiempos y acontecimientos, pero continuarán siendo canales de expresión masiva; de esto, no cabe duda.
LA FUNCIÓN DIDÁCTICA DEL PERIODISMO COMO PORTAVOZ DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA
Por supuesto, la acción de los medios de comunicación como difusores de ciencia y tecnología no puede considerarse como perfecta y acabada. Las críticas que se les hacen, contienen su buena dosis de razón.
En efecto, no basta con transmitir ciencia y tecnología, es preciso dotar a éstas de su contenido didáctico. De las funciones que sentaron los gurús del periodismo en relación a que la prensa y los medios de información en general deben informar, educar y entretener, se hace necesario que la función de educar sea desarrollada con los más modernos preceptos psicológicos, sociológicos y antropológicos, con el propósito de conseguir más y mejores efectos en los usuarios.
De cara a las exigencias de las sociedades actuales y futuras, es preciso que en el seno de las salas de redacción se creen secciones especializadas en información de ciencia y tecnología, con personal especializado en técnicas didácticas que posibiliten la asimilación, comprensión, relación y si fuera posible, aplicación de las categorías científicas y fórmulas técnicas que sirvan como soporte del sistema educativo.
La acción de los medios de información como escuela paralela sería más eficaz y eficiente, si los contenidos informativos de ciencia y tecnología tuvieran un tratamiento didáctico. El sistema educativo mismo, estaría alimentándose con esta innovación y seguramente las empresas periodísticas estarían garantizando nuevas cohortes de lectores –los niños y los jóvenes-. Esta acción de los medios como escuela paralela se hace más necesaria en aquellos que se han trasladado al inmenso mundo de posibilidades que ofrece Internet.
CONCLUSIONES
A. Los medios de información constituyen hoy día, la escuela paralela donde los niños, jóvenes y adultos encuentran información sobre los últimos acontecimientos científicos y tecnológicos, constituyéndose con ello, en la punta de lanza del sistema educativo.
B. El hecho de constituir una opción educativa, como escuela paralela, demanda de los medios de información, un mayor y mejor esfuerzo por presentar las informaciones relacionadas con la ciencia y la tecnología, mediadas didácticamente.
C. La mediación didáctica de la ciencia y la tecnología proveerá a los lectores interesados un mejor contexto de comprensión y asimilación de sus principios, hallazgos, impactos y usos.
D. En las sociedades en desarrollo, donde los sistemas educativos alcanzan rezagos de hasta treinta y cincuenta años, la información de ciencia y tecnología que proveen los medios de información, constituye una oportuna, acertada y excelente alternativa que conecta a los lectores con el mundo actual y futuro.
E. Por ello se insiste en la creación de módulos de periodismo científico y tecnológico, conformados por especialistas en comunicación educativa. No se trata sólo de difundir ciencia y tecnología en los términos que la entienden los especialistas. Es recomendable que se diluya en lenguaje cotidiano los pesados e incomprensibles formalismos del lenguaje científico.
Imagen tomada de Google
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